Nos escapamos de Madrid
Cinco destinos a menos de 200 kilómetros de Madrid
Con el invierno a la vuelta de la esquina y las vacaciones llamando a la puerta, solo apetece pensar en las escapadas que haremos. No hace falta irse muy lejos para huir del bullicio de la ciudad, aquí os recomendamos seis destinos a menos de dos horas de Madrid.
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Pastrana, Guadalajara
Este pueblo ubicado en la comarca de la Alcarria, está considerado como el segundo más bonito de España. Es mucho más que un pueblo, es la Villa Ducal de Pastrana en la que vivió la famosa princesa de Éboli. Sus calles empedradas nos dan la bienvenida y sus construcciones en roca nos acogen durante nuestra estancia en la villa. Por su puesto, destacan como actividades de interés turístico la Colegiata donde se encuentran los tapices de Alfonso V, el Palacio Ducal, los conventos fundados por Santa Teresa de Jesús y la fuente de los cuatro caños. Pero no podemos perder la oportunidad de dejarnos llevar por sus callejuelas, y sentir la historia que rezuma en el ambiente. Además, fue una de las paradas que Camilo José Cela incluyó en su obra Viaje a la Alcarria.
Patones, Madrid
Es un pueblo con mucho encanto, alejado del ruido y con una arquitectura tradicional, de pizarra creo, que invita a la relajación. Se encuentra en la Sierra Norte de Madrid, es uno de los pueblos de la arquitectura negra. Además, allí se puede disfrutar de buena gastronomía. Eso sí, se debe reservar antes, ya que los pocos restaurantes que hay en el pueblo se suelen llenar. La mejor forma de llegar a Patones es en coche y se debe de aparcar a las afueras del pueblo, durante los siguientes dos días casi no lo necesitaremos, disfrutaremos de las caminatas por Patones y los alrededores.
El Tiemblo, Ávila
En la provincia de Ávila encontramos esta maravillosa localidad rodeada de historia y patrimonio. El pueblo tiene una preciosa plaza de toros construida en piedra e inaugurada en 1933. El ayuntamiento destaca por su estilo neoclásico, popular en el siglo XVIII. La ermita de San Antonio fue ampliada durante la época barroca, cuando se levantaron la nave central y el frontal unidas a la antigua ermita. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es otra de las visitas obligadas en este pueblo, además de los hornos de las tinajas, construcciones de principios del XIX que se encuentran en el Castillo, zona alta de la población. En los alrededores de El Tiemblo están los famosos Toros de Guisando, cuatro esculturas levantadas en la Edad de Hierro.
Buitrago de Lozoya, Madrid
A los pies de la Sierra de Guadarrama se encuentra este precioso pueblo circundado por el río Lozoya. El recinto amurallado es Conjunto Histórico Artístico y está declarado un Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España. Su muralla es de origen musulmán, del siglo XI y tiene un recorrido de más de 800 metros. Dentro de la barrera defensiva encontramos el Alcázar o Castillo de Buitrago de Lozoya, un conjunto arquitectónico que combina los estilos gótico y mudéjar, del siglo XV en planta rectangular, siete torres y un patio de armas central. No podemos perdernos un paseo sobre el puente del Arrabal o puente viejo, y tampoco la visita a la Casa del Bosque, perteneció a los duques del Infantado, y se construye siguiendo el estilo de las villas italianas de Palladio.
Molina de Aragón, Guadalajara
Esta es otra opción ideal para nuestra escapada invernal rural, un pueblo con un gran encanto medieval. Su castillo, la fortaleza de Molina de los Caballeros, se construyó entre los siglos X y XII. Molina de Aragón es un pueblo para perderse, y en el que podemos viajar al siglo XIX o al siglo XV. Su gastronomía, como en toda Castilla, es deliciosa. La belleza de este pueblo se extiende también a sus alrededores repletos de naturaleza. Además sus silenciosas calles nos ayudarán a desconectar completamente de la vida de ciudad.
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