PALENCIA
Colegiata de San Salvador de Cantamuda: su historia y su curiosa vinculación con una condesa
Es hora de viajar a la provincia de Palencia para conocer la espectacular historia que esconde la conocida como Colegiata de San Salvador de Cantamuda.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia de Palencia, concretamente a la zona de La Pernía. Allí encontramos un gran número de rincones, monumentos y construcciones verdaderamente sorprendentes y que, desde luego, no dejan absolutamente indiferente a nadie.
Un claro ejemplo lo encontramos precisamente en la conocida como Colegiata de San Salvador de Cantamuda. Estamos, indudablemente, ante uno de los ejemplos más impresionantes en cuanto al románico del norte de esta provincia situada en la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Para conocer su historia, debemos centrarnos en la figura de la condesa Doña Elvira Favílaz, mujer del conde Munio Gómez. Un dato que queda reflejado en un par de documentos que datan de los años 1037 y 1069 que se conservan nada más y nada menos que en el Archivo de la Catedral de León.
En uno de ellos, precisamente, la Condesa opta por conceder a la diócesis de León una grandísima donación en cuanto a heredades y villas. Entre ellas se encuentra el entonces Monasterio de San Salvador situado en Pernía. Otro año a destacar es, precisamente, 1153. Por aquel entonces, el Rey Alfonso VII tomó la decisión de donar tanto la iglesia de San Salvador como la villa de Polentinos a la sede episcopal de Palencia.
Esta donación se ratificó tiempo después, concretamente en 1181, cuando el Rey Alfonso VIII otorgó a su tío y obispo don Raimundo II diversas propiedades, entre las que se encontraba el Monasterio de San Salvador de Campo de Muga. Por lo tanto, gran parte de esa edificación que podemos ver en la actualidad, pertenece precisamente a ese periodo que nos hace viajar a finales del siglo XII.
No podemos dejar de mencionar que la iglesia cuenta con nada más y nada menos que dos puertas de acceso que pertenecen a la época románica, por la que queda constancia de esos inicios monasteriales. Una de las puertas pertenecía, probablemente, a los miembros del clero y la otra, por ende, al resto de los fieles.
Como consecuencia de su importancia cultural, arquitectónica e histórica, en 1478 ascendió al rango de colegiata. Algo que mantuvo hasta 1851. En la actualidad, esta construcción hace las mismas funciones que una iglesia parroquial. A pesar de eso, en 1993, este templo fue declarado nada más y nada menos que Bien de Interés Cultural.
La Colegiata de San Salvador de Cantamuda, a través de sus características
Entre los numerosos elementos por los que destaca, llama poderosamente la atención su gran equilibro a nivel arquitectónico. Y es que, en la actualidad, se conservan un gran número de detalles de esa construcción románica original. Eso sí, también hay algún que otro añadido posterior, como es el pórtico del muro meridional (siglo XVI). No podemos dejar de mencionar esa torre cilíndrica de la parte norte por la que se accede a las campanas, así como la reforma del ábside de la epístola que se convirtió en nada más y nada menos que una sacristía.
En cuanto a la planta de este templo, es de cruz latina y de una sola nave. Respecto a sus muros, se optó por utilizar un gran número de sillares de diferentes tamaños y hasta mampostería. Algo que se puede apreciar, sin lugar a dudas, en varias de sus bóvedas. ¡Toda una joya en todos los sentidos, qué duda cabe!
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