Los deportes acuáticos más curiosos y dónde practicarlos

Blobbing

Esta actividad es perfecta para practicarla en lagos y pantanos con nuestra familia, o amigos. Necesitamos un blob, que es una especie de airbag gigante, una persona se sienta en un extremo, mientras otra salta desde un trampolín en el lado opuesto. Es una divertida forma de darse un chapuzón, y asegurarse unas carcajadas. En algunos embalses de la Comunidad Valenciana se ha popularizado este singular deporte que vienen desde los Estados Unidos.

Canal Jumping

Su nombre original es Fierljeppen que en holandés significa “saltar lejos”, este deporte se originó en los Países Bajos, de la mano de granjeros y agricultores, era su forma de saltar pequeños canales. Desde los años 50 su popularidad como deporte fue creciendo. Consta de un poste de entre 8 y 13 metros de longitud con una base plana, y está apoyado levemente sobre una de las orillas del canal, el participante va corriendo hacia él, y una vez en el poste tiene que escalar lo máximo posible, para llegar todo lo lejos que pueda en la orilla. Seguramente, durante los primeros intentos, pasaremos más tiempo nadando que saltando.

Jetfoiler

No hace se necesitan olas para surfear, ni tampoco habrá que remar con esta tabla diseñada por Don Montague, un ex windsurfista profesional. Esta tabla tan especial cuenta con un motor eléctrico limpio y silencioso. Es uno de los dispositivos más recientes de la tecnología de hidroalas. La tabla se eleva del agua cuando alcanza una determinada velocidad. Este deporte es ideal para aquellos que quieran surfear, pero sin cansarse demasiado. Podremos practicarlos en playas de aguas tranquilas, lagos o embalses.

Flyboarding

Desde que, en 2012, Francky Zapata inventase la “Flyboard”, o aerotabla, su popularidad no ha hecho más que crecer. La tabla aerodeslizadora está conectada a través de una manguera a una moto acuática, ésta manda el agua a presión hasta la tabla y hace posible que se mueva. Con esta aerotabla podremos movernos como delfines, entrando y saliendo del agua dando grandes saltos. Se puede llegar a alcanzar una altura de hasta 15 metros, y sumergirse a una profundidad de dos metros y medios. En el embalse madrileño de los Ángeles de San Rafael puede practicarse este deporte.

Nadar como sirenas

Vale que nadar como una sirena no sea un deporte al cien por cien, pero no hay duda de que es una actividad de lo más curiosa y divertida. Muchas serán las personas que hayan fantaseado con vivir “bajo el mar” y bailar con Sebastián, ese cangrejo adorable. Pues esa gente que mantiene su niño o niña interior muy vivo, y para los más pequeños de la casa, podrán convertirse en mitad pez, en alguna de las escuelas para sirenas que existen, hay en Tarragona, Valencia, y hasta en Reino Unido.