VALENCIA
Descubre la Albufera valenciana: una excursión imprescindible en Valencia
Si viajas a Valencia este verano no puedes conformarte con gozar de sus playas o visitar el Oceanografic, tienes que disfrutar también de una excursión a la Albufera.
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La Albufera valenciana es un entorno natural que guarda muchas sorpresas y no todas tienen que ver con su espectacular naturaleza; ¿sabías que aquí, precisamente aquí, se inventó la paella? Pues así fue; ¿y que uno de los atardeceres más bellos del Mediterráneo se disfruta en este Parque Natural? Eso además de ofrecernos la posibilidad de navegar en el lago de agua dulce más grande de España o maravillarnos ante la vista de las aves acuáticas de la zona, flamencos incluidos. Pero empecemos por el principio…
Lo primero que tienes que saber es que a la Albufera se llega cómodamente desde Valencia pues está a menos de 10 kilómetros del centro de la ciudad, no te preocupes si eres de los que llega a la capital del Turia en transporte público, las líneas 24 y 25 te acercarán en menos de una hora a la Albufera. ¿Y una vez allí? La experiencia que se nos antoja imprescindible es el paseo en barca, puedes disfrutarlo desde diferentes embarcaderos : el del Mirador de la Gola de Pujol, Catarroja, Silla, Sollana o El Palmar; te encantará recorrer la laguna en alguna de las embarcaciones propias de esta zona (albuferencs).
Este paseo en barca es la visita esencial de la Albufera y puede hacerse de diferentes maneras, puedes gozarlo al caer la tarde y dejarte sorprender por el atardecer en este Parque Natural o, si lo prefieres, puedes disfrutarlo por la mañana prestando especial atención a las aves acuáticas que viven en la laguna (hasta 300 especies diferentes) y rematando la experiencia degustando una rica paella en el lugar en el que nació este manjar valenciano, un plato que es hoy esencial en la gastronomía mediterránea pero cuyo origen no puede ser más humilde: fueron los agricultores de la Albufera quienes empezaron a prepararla con los ingredientes que tenían más a mano. ¿Dónde, concretamente, podrás disfrutar de esa rica paella? En la pedanía que pasa por ser el corazón de la Albufera, El Palmar.
Hay una experiencia especialmente recomendable si visitas la Albufera en verano y eres un amante de las playas: descubrir playas vírgenes y salvajes como las de l’Arbre de Gos, la Devesa, El Saler o la Garrofera; cuando llega el invierno y el mar inunda los campos esta zona desaparece… En la franja de tierra que separa esta zona del mar hay dunas naturales y bosques de pinos que guardan estas playas salvajes. Son unos 17 los kilómetros de paradisíacas playas de arena fina y Mediterráneo en la Albufera...
¿Más visitas casi obligadas en la Albufera? Se nos ocurren al menos dos: el Centro de Interpretación Rascó de l’Olla si eres un aviturista empedernido porque allí podrás aprenderlo todo acerca de la fauna que habita este parque, tanto de la que pasa aquí el año entero como de las que hacen escala en este humedal en sus migraciones; y el Tancat de la Pipa, una reserva de biodiversidad sorprendente: se trata de un arrozal reconvertido en hábitat acuático gracias a su densa vegetación, es una especie de humedal artificial que cuenta, además, con un mirador desde el que se disfrutan vistas espectaculares del parque.
Además de navegar la Albufera ¿quieres caminarla? Seis son las rutas recomendadas para ello: la ruta del Botánico no llega al kilómetos y es famosa por su vegetación (pinos, brezos, romero, madreselva...); la ruta de los sentidos recorre apenas 300 metros pero te llevará un rato completarla porque es una ruta llena de experiencias sensoriales (escuchas el canto de los pájaros, con suerte degustar espárragos tiernos, tocar la rugosa corteza de pino...); la rutas históricas de El Saler y Gola de Pujol (ambas de poco más de medio kilómetro); la ruta lúdica por la playa, dos kilómetros entre el mar y las dunas; y la ruta de los paisajes: cuatro kilómetros de vistas inolvidables y alguna que otra sorpresa como la Casa del Forestal en la Devesa.
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