CATEDRALES
Descubre las leyendas de la cabeza de la Catedral de Zamora
La cabeza de la Catedral de Zamora es una de las cuestiones más visitadas, pero que más expectación genera. Estas son las leyendas que existen.
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No es ningún secreto que Zamora es, sin lugar a dudas, una de las ciudades más bonitas de Castilla y León. Y no solamente eso, sino también una de las que más misterio esconde. Una de las historias más sorprendentes tiene una estrecha relación con uno de sus emblemas: la Catedral.
Nos tenemos que trasladar a la Puerta del Obispo para encontrar una cabeza, que cuenta no solamente con una leyenda sino con varias. Bien es cierto que esta cabeza de piedra está algo desgastada con el paso del tiempo, pero sigue siendo perfectamente visible. ¡Llama mucho la atención a los visitantes!
Si nos ponemos frente a la fachada sur de la Catedral de Zamora nos encontramos con esta cabeza, que nos otorga la sensación de que ha quedado completamente aprisionada en la ventana. Ahora bien, ¿eso es lo que realmente sucedió? Es el momento de descubrir las leyendas que hay sobre este elemento zamorano.
Leyenda del ladrón enamoradoPara conocer esta historia debemos trasladarnos, según la leyenda, al año 1173 cuando un joven sin muchas riquezas, llamado Diego de Alvarado, se enamoró profundamente de doña Inés de Mansilla. Un matrimonio imposible, ya que él no tenía ningún tipo de poder en la sociedad. A pesar de todo, él no quiso rendirse.
Asiduamente visitaba las obras que, en ese momento, se realizaron para edificar la catedral de Zamora. De esta manera tan concreta fue testigo de cómo, poco a poco, se guardaban en este lugar diversos cofres que contenían oro y joyas. Eran presentes que entregaban tanto al Rey como a Doña Sancha para poder sufragar los diversos gastos de la construcción.
Por lo tanto, quiso idear un plan. Diego de Alvarado decidió esconderse dentro de la Catedral hasta que llegara la noche. Es entonces cuando vio la oportunidad de robar todas esas riquezas. Una vez lo logró se trasladó a la Puerta del Obispo de la catedral para lanzar por la ventana diversos sacos llenos de alhajas y monedas.
Una vez el joven quiso escapar por la ventana, que por aquel entonces no estaba terminada, el hueco acabó estrechándose. De esta manera, Diego de Alvarado quedó atrapado. Su cuerpo cayó al vacío y su cabeza acabó aprisionada. Por si fuera poco, parece que el Obispo quiso que esa cabeza quedara en ese lugar no solamente para dar una lección, sino también a modo de advertencia. Con el paso de los años esa cabeza pasó a ser de piedra, formando parte para siempre de esa fachada.
La leyenda del príncipe musulmán
Esta historia es mucho más antigua, ya que hace que viajemos al año 901. Es entonces cuando el príncipe Ahmed Ben Moaviah, aprovechando una de las ausencias del rey Alfonso III, no dudó un solo segundo en asediar la ciudad de Zamora. Rápidamente, la ciudad terminó cercada por diversas tropas musulmanas. Lo que no esperaban es que las tropas del rey iban a responder tan rápidamente.
Después de una espectacular batalla, que llegó a durar hasta cuatro días, el bando del rey Alfonso III terminó siendo el vencedor del conocido como “Día de Zamora”. De esta manera tan concreta, se decidió que las cabezas de los musulmanes derrotados fueran colgadas de las murallas. Es entonces cuando la cabeza que podemos encontrar en la Puerta del Obispo de la Catedral de Zamora terminó otorgándose al príncipe musulmán, como “recordatorio” de esa histórica batalla.
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