TRES CASAS RURALES EN LAS QUE DISFRUTAR DEL OTOÑO
El sueño de los recolectores de setas
Los bosques están repletos de setas silvestres y el otoño es una época celestial para las personas a quienes les gusta caminar por el bosque para recolectar este manjar.
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Navaleno, no hay mejor lugar para ir en busca de setas que esta localidad soriana. En la comarca de Pinares, y a más de 1000 metros de altitud, entre los Picos de Urbión al norte, y las montañas de Nafría al sur.
La abundante producción micológica de esta comarca, especialmente de Navaleno, ha convertido a las setas en un tema de especial interés, con el Centro Micológico como lugar de especial interés. Aquí recibirás toda la información necesaria para disfrutar de tu afición a las setas con y de la mano de los mejores profesionales.
Visitar Navaleno es disfrutar de las fachadas de piedra de sus casonas, de sus tradiciones, y de la vida al aire libre, con senderos que nos permitirán conocer los secretos de la región. Puedes ir hasta Playa Pita y Laguna Negra, el Cañón de Río Lobos, al pueblo medieval de Calatañazor, o al paraje natural de la Fuentona, o al Monasterio de Santo Domingo. Pero si lo tuyo son las setas, este es tu destino.
Del 13 de octubre y hasta el 4 de noviembre, no te pierdas las XX Jornadas Mitológicas Navaleno. Con paseos por el monte, recogida de setas, estudio y clasificación en el Polideportivo Municipal, y degustación de productos, además de actividades para toda la familia.
Y para alojarnos, La Casona de Navaleno, una bonita casa rural con capacidad para 15 personas, que cuenta con todo tipo de comodidades. En el centro del pueblo pero rodeada de la masa forestal más extensa de la península. Con salón comedor amplio y luminoso, conexión wifi gratuita, gimnasio bien equipado, sala de usos múltiples y juegos, y un jardín espacioso, verde y bien cuidado. Precios desde 27 euros por persona y noche.
En el municipio riojano de Ezcaray, en la parte más alta del valle del Oja, en la Sierra de la Demanda, las setas son, sin duda, las protagonistas del otoño.. Ezcaray ofrece un entorno natural privilegiado para el senderismo y el deporte al aire libre. Magníficos paisajes, una flora diversa a los extremos del camino frutales, choperas, alisos, hayedos y pinos invitan a caminar por los paseos y rutas del entorno. A través de los montes y del valle, cientos de kilómetros de recorrido son aptos para la práctica de la bicicleta de montaña y adecuados para todos los niveles de experiencia.
Todo el valle es un paraíso para los amantes de la micología. Las Jornadas Micológicas de Ezcaray tienen lugar durante dos fines de semana, normalmente el último de octubre y el primero de noviembre, con actividades como salidas al monte, talleres de cocina, juegos infantiles y mucho más
Y si quieres disfrutar de su patrimonio no te pierdas la iglesia de Santa María la Mayor o la ermita de Santa Bárbara, y edificios singulares, como el palacio del Ángel, de estilo rococó.
Apartamentos Turísticos Ezcaray es el complejo de turismo rural ideal en el que alojarte. Son varios apartamentos en dos edificios contiguos, uno de ellos del siglo XVIII y el otro edificado hace poco, pero con una construcción típica de la zona. Con capacidad para 33 personas son amplios, céntricos y tranquilos, con magníficas vistas a la montaña. Además disponen de wifi gratuita y todas las comodidades. Precios desde 30 euros por persona y noche.
Al norte de Castilla y León se sitúa Brugos de Fenar, una pequeña población dependiente de La Robla casi en la frontera con Asturias y a unos 30 kilómetros de León.
Rodeado de bosques de pinos y robles, en plena Montaña Central Leonesa, Brugos de Fenar, junto al arroyo del Valle Lomberas, es uno de esos lugares en los que el otoño invita a descansar en contacto con la naturaleza.
En el entorno encontramos la cueva de Alcedo donde hay restos que indican que el hombre ya paseaba por estas tierras en el paleolítico. Hay muchos castros, constancia del paso de los romanos en el yacimiento de Fenar, y durante la Edad Media el lugar resistió las acometidas de Almanzor y no dejó de depender en ningún momento de Castilla.
El lugar es extremadamente tranquilo y bello, está rodeado de un hermoso valle de bosques de roble y pino, un lugar que invita, especialmente con los colores del otoño, al paseo y a la meditación. Eso sí, suele refrescar cuando se va el sol.
Aquí, El Rincón de la Rosa, es el mejor sitio en el que alojarse. Dos viviendas independientes dentro de una finca cerrada ubicadas en lo que antaño fueron las cuadras y pajares, rehabilitadas respetando la arquitectura tradicional de montaña.
Las casas, que se pueden alquilar independientemente o de manera conjunta, están completamente equipadas y son muy confortables. Si vas en busca de setas, aquí las encontrarás.
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