RUTAS DE OTOÑO POR ESPAÑA
Escapada a Viana, la tumba de ‘El Príncipe’ de Maquiavelo
La localidad navarra esconde la tumba de César Borgia, en quien se inspiró el autor para su obra más importante y conocida. Además de la iglesia de Santa María, hay otros rincones allí que descubrir.
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Viana es una de esas localidades que merece una visita tranquila y sosegada, en la que disfrutar de lo mucho y bueno que tienen las huertas de su alrededor, pero también de la historia que encierran sus calles, las cuales llevan inspirando a los más notables desde hace muchos siglos. Prueba de ello es que allí se encuentra la tumba de quien inspirara ‘El Príncipe’, la obra cumbre de Maquiavelo.
Nuestra escapada a esta ciudad navarra comienza precisamente en su lápida, en la iglesia de Santa María, una de las más monumentales del Renacimiento español. A sus pies yacen los restos de César Borgia, príncipe, guerrero y cardenal. Se levanta majestuosa en la calle Mayor y es el último templo del Camino de Santiago a su paso por Navarra. Fue construido entre 1250 y 1312 en estilo gótico y completado entre los siglos XVI y XVIII. Su robustez y su situación estratégica en el centro de la colina la convirtieron en baluarte defensivo hasta el siglo XIX.
La tumba de César Borgia, el ambicioso hijo del Papa Alejandro VI, quien murió en 1507 en las cercanías de Viana a manos de los soldados del Conde de Lerín, no es la original. Desaparecido el sepulcro, los restos yacen bajo una losa de mármol en la que se puede leer: “César Borgia. Generalísimo de los Ejércitos de Navarra y Pontificios. Muerto en campos de Viana el XI de marzo de MDVII”.
Pero no solo esta iglesia es historia medieval de la ciudad. Aun es posible contemplar los restos de las murallas en torno a la fortaleza, y no hay que dejar de dar una vuelta por la parte vieja.
También son muy interesantes los dos edificios barrocos del siglo XVII: el de la plaza del Coso, con balconaje corrido que servía de palco de honor en los festejos taurinos, y el de la plaza de los Fueros, actual ayuntamiento, con soportales, un monumental escudo de armas en el centro y dos torres a los lados.
Durante el paseo, veremos casas solariegas de entre los siglos XVI y XVIII con sus correspondientes escudos heráldicos. Entre ellas podemos destacar los palacios de Añón y Busto, Ripa, Itxaso y Muskiz-Aldunate. Claro que las vistas desde las zonas altas nos llevan a Logroño, que se alza a ocho kilómetros de la ciudad. Olivares, campos de cereales y huertas ocupan ahora esa frontera entre Navarra y La Rioja.
Si le gusta la buena mesa, en octubre se celebra el Fin de Semana Gastronómico. Los bares de la localidad ofrecen una variada muestra de pinchos que puede regar con los excelentes vinos elaborados en las bodegas de Viana y Aras, incluidos en la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Además, el 11 de noviembre se festeja a San Martín cocinando berza con caracoles y fritada, y el 16 de enero se asan patatas con carne, chorizo y ajos. En Viana destacan también los embutidos artesanales, las alubias rojas, las españoletas y mantecadas y el pacharán procedente de una de las destilerías más antiguas de Navarra.
Citas gastronómicas y pasajes de la historia que nos esperan en una localidad que no deja indiferente.
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