ANDALUCÍA
Esta es la leyenda de la fuente de Santa María del Patio de los Naranjos de Córdoba
En el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba encontramos la fuente de Santa María que guarda una leyenda de lo más especial.
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La Mezquita-Catedral es una de las edificaciones más espectaculares no solamente de Córdoba, o incluso de España, sino también del mundo. En su interior podemos admirar tanto la característica arquitectura andalusí como el renacentista o el barroco que se implementó cuando, en el año 1236, Fernando III el Santo tomó el control de la ciudad.
Es espectacularmente bella por esa mezcla de estilos que a lo largo de los siglos han estado presentes en las diversas construcciones y reformas. Debemos recordar que primero fue una iglesia visigoda para posteriormente convertirse en una mezquita y, por último, en una catedral.
Hay muchísimas cuestiones a destacar de esta Mezquita-Catedral de Córdoba. Una de ellas es, sin lugar a dudas, el conocido como patio de los Naranjos y está situado en la parte norte del templo. Estamos ante un recinto cerrado que tiene unas dimensiones de 130 metros de largo por 50 metros de ancho.
Este Patio tiene nada más y nada menos que seis puertas que tienen comunicación con el exterior. En la zona oeste encontramos la puerta de los Deanes y el postigo de la Leche, en la parte norte están la puerta del Perdón y la puerta del Caño Gordo y, por último, en el lado este se sitúan la puerta de la Grada Redonda y la puerta de Santa Catalina.
En este Patio de los Naranjos podemos encontrar dos fuentes: la fuente del Cinamomo y la fuente de Santa María. Esta última, que es de estilo barroco, tiene una leyenda de lo más espectacular. Se dice que de uno de sus caños, concretamente el del Olivo, brota agua con diversas propiedades mágicas.
De esta manera, las mujeres solteras que decidan beber esa agua, encontrarán marido más pronto que tarde. Lo cierto es que estamos, sin lugar a dudas, ante una historia que ha pasado de generación en generación, convirtiéndose en una de las más arraigadas no solamente de la Mezquita-Catedral, sino de la propia ciudad de Córdoba. ¡E incluso de Andalucía!
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