ARAGÓN
Historia del Castillo de Sádaba, la fortaleza que se convirtió en un enclave del Reino de Aragón
Ponemos rumbo a la villa de Sádaba para descubrir la impresionante historia que esconde su Castillo.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Aragón, concretamente a la localidad zaragozana de Sádaba, en la Comarca de las Cinco Villas, donde encontramos un gran número de monumentos y edificaciones verdaderamente sorprendentes que cuentan con una historia espectacular. Un claro ejemplo es, precisamente, su Castillo. Esta fortaleza está ubicada en la parte más alta de un cerro, a aproximadamente 15 metros sobre la villa de Sádaba que, en el siglo XV, se trasladó hasta el otro lado del río.
El Castillo de Sádaba, a través de su historia
Para comenzar, debemos tener en cuenta que esta zona empezó a repoblarse en el siglo XI. En 1099 eran sus señores García Garcés y su mujer Blanquita. R. del Arco hizo público un documento que fue firmado por el Rey Alfonso I en 1125, donde se hacía mención a esta construcción. A pesar de todo, la fortaleza que conocemos en la actualidad no coincide, por estilo, con esa que se menciona. Por lo tanto, se presupone que hubo un castillo anterior que fue fundado el Rey Alfonso I El Batallador. Tiempo después, en 1159, esta construcción estaba en manos de don Pedro García, hijo de los señores. Por lo tanto, estábamos ante un señorío hereditario que no era nada común, por aquel entonces, en Aragón.
La historia nos hace viajar a la época en la que Jaime I de Aragón todavía era menor de edad. Por aquel entonces, Arnaldo de Alascún era muy duro con los vecinos de esta villa, por lo que el Rey Sancho VII El Fuerte se vio obligado a actuar, militarmente, contra él. Sádaba quedó bajo su protección en 1215, coincidiendo con la etapa del Rey Jaime I el Conquistador. Recordemos que este monarca era bastante benevolente con el Reino de Navarra como consecuencia de la importante deuda que tenía.
En 1221, de nuevo, se vio obligado a llevar a cabo esa actuación militar contra Fortanet, hijo de Arnaldo de Alascún y María, su madre. Fue entonces cuando tuvieron que entregar la villa. Tanto es así que, en 1223, Fernando de Leret se convirtió en tenente de la conocida como ‘Sádaba Nueva’. Así pues, parece ser que fue por aquel entonces cuando se construyó el Castillo que conocemos en la actualidad.
Posteriormente, concretamente en 1244, Teobaldo I devolvió la villa y, por ende, la fortaleza a Fortanet de Alascún. Eso sí, la condición es que cumpliera con todas sus obligaciones como vasallo. Sádaba regresó a Aragón en 1261, por petición expresa de sus vecinos. Tiempo después, en 1283, la villa se puso en armas como consecuencia de la guerra entre Navarra y Francia. En 1384, Pedro IV vendió la villa a Francisco de Villanueva. Quince años después, los vecinos compraron su libertad y, desde entonces, Sábada no ha dejado de pertenecer a Aragón.
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