HUESCA
La historia de la Catedral de Roda de Isábena: quién la destruyó y quién se encargó de su reconstrucción
Viajamos hasta Aragón, concretamente a Roda de Isábena (Huesca) para conocer qué hay detrás de su imponente Catedral.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia de Huesca, concretamente hasta Roda de Isábena. Allí, como no podía ser de otra manera, podemos encontrar un gran número de rincones, monumentos y edificaciones verdaderamente sorprendentes y espectaculares. Un claro ejemplo es la Catedral de San Vicente mártir.
Se trata de nada más y nada menos que un templo verdaderamente impresionante, que deja sin palabras a todo aquel que decide visitarlo. Por su historia y su belleza arquitectónica, es Monumento Nacional. Es importante señalar que Roda de Isábena, lugar donde está ubicado, es la localidad más pequeña del país con sede catedralicia.
La Catedral de Roda de Isábena, a través de su historia
Para comenzar, debemos tener en cuenta que el primitivo templo se erigió gracias al apoyo del Conde de Ribagorza y que no fue consagrado hasta finales de noviembre de 956, siendo el obispo Odisendo el encargado de este cometido. Aproximadamente medio siglo después, concretamente en el año 1006, Abd-al Malik lo destruyó.
Poco después, coincidiendo con el reinado de Sancho III el Mayor, se procedió a hacer efectiva la reconstrucción de esta edificación. Este monarca no solamente era Rey de Pamplona, sino que también era señor de los condados tanto de Sobrabe como de Ribagorza.
Es relevante conocer que se comenzó a construir en estilo románico lombardo, pero posteriormente el proyecto fue modificado. Y es que varios maestros navarros se hicieron cargo de esta obra, dándole un nuevo sentido y una nueva concepción que tenía estrecha vinculación con el Camino de Santiago.
Las obras de la construcción de los ábsides, así como parte de las naves contiguas y una torre del lado Sur finalizaron durante el reinado de Sancho Ramírez. Esto hizo posible que no solamente se pudiese realizar el culto sino que, a su vez, el obispo Arnulfo diera el paso de consagrar el templo. A principios del siglo XII se erigieron las tres naves, así como las criptas en los tres ábsides. En esta etapa, también se tiene constancia, a través del Carmen Campidoctoris, de que existía en este lugar una escuela poética.
Un año a destacar es 1149, cuando el obispado de Roda de Isábena se trasladó hasta Lérida tras su reconquista. Así pues, se puso punto y final a nada más y nada menos que 193 años de existencia de su diócesis, en la que hubo un total de 15 obispos, entre ellos Ramiro II el Monje y San Ramón de Roda.
No podemos dejar de mencionar que en la década de los setenta del pasado siglo, el Estado se encargó de la restauración del conjunto catedralicio. Además, cabe destacar que, actualmente, este templo pertenece al obispado de Barbastro-Monzón. Sea como sea, estamos ante una construcción verdaderamente sorprendente que, si viajas a Roda de Isábena o alrededores, no debes dejar pasar la oportunidad de descubrir.
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