ITALIA
Historia de la Iglesia del Gesù de Roma y el gran secreto que esconde su Capilla de San Ignacio
Viajamos a la capital de Italia para conocer el origen de esta Iglesia del Gesù, así como el misterio que guarda la Capilla dedicada a San Ignacio.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Roma, donde encontramos un gran número de construcciones y monumentos que no dejan indiferente a nadie ni mucho menos. Un claro ejemplo lo encontramos en la Iglesia del Gesù, también conocida como Iglesia del Santo Nombre de Jesús.
Este templo está situado en la plaza del mismo nombre y es la iglesia madre de los jesuitas. Llama poderosamente la atención, entre otras cuestiones, por su fachada. Y todo porque es considerada como “la primera verdaderamente barroca”. Se convirtió en todo un ejemplo de un gran número de iglesias jesuitas que se erigieron en todo el mundo, sobre todo en América.
La Iglesia del Gesù de Roma, a través de su historia
Para comenzar, debemos tener en cuenta que fue Ignacio de Loyola quien, en 1551, ordenó su construcción a Nanni di Baccio Bigio, considerado como uno de los mejores arquitectos florentinos de la época. Él fue quien diseñó el primer templo jesuita de todo el planeta.
Años después, concretamente en 1554, Miguel Ángel se encargó de rediseñarlo. Fue él quien hizo llegar sus planos a través de una carta. Eso sí, el proyecto permaneció inconcluso puesto que, en 1556, Ignacio de Loyola falleció. No fue hasta 1565 cuando Francisco de Borja fue escogido como tercer prepósito por la congregación general de la Compañía de Jesús. De hecho, gobernó hasta el año 1572 y, durante ese periodo, se llevó a cabo la construcción de este templo.
Por si fuera poco, para hablar de la historia de esta Iglesia, debemos viajar hasta el año 1568. Por aquel entonces, el cardenal Alejandro Farnesio ordenó que se erigiera una iglesia jesuita romana. De hecho, encargó este proyecto a Jacopo Barrozi de Vignola. Lejos de que todo quede ahí, tras la muerte de éste en 1573, Alejandro Farnesio escogió a Giacomo della Porta para realizar una modificación sobre la fachada en 1575.
Las obras finalizaron en 1584 y, desde ese mismo momento, la Iglesia del Gesù fue considerada como la más grande, pero también la primera iglesia que se erigió desde cero tras el Sacco de Roma. No podemos dejar de viajar a la segunda mitad del siglo XVII, cuando Giovanni Battista comenzó a decorar el templo de forma pictórica.
La Capilla de San Ignacio, una de las grandes joyas de la Iglesia del Gesù
Para comenzar, debemos tener en cuenta que en 1622, tras la canonización de San Ignacio de Loyola, sus restos descansan en el altar de esta capilla. Eso sí, no fue hasta 1698 cuando ésta fue inaugurada de forma oficial. Llama poderosamente la atención por su diseño pero, sobre todo, por el gran secreto que esconde: la macchina.
Gracias a ésta, el óleo que ocupa la parte central del retablo baja mediante un sistema de poleas, y deja a la vista una estatua en plata de San Ignacio, siendo obra de Pierre Legros aunque fue fundida por Giovanni Federico Ludovici. Como curiosidad, durante la ocupación francesa de Roma en 1798, se optó por fundir la estatua original de San Ignacio para sufragar las reparaciones de guerras reflejadas en el Tratado de Tolentino. Solamente se conservó la casulla. Más tarde, se creó una nueva estatua en el taller de Antonio Canova, siendo inaugurada a mediados de abril de 1804.
Ahora bien, ¿cuándo podremos ver en acción la famosa macchina ideada por Pozzo? Todos los días a las 17:30 horas. Sin duda, es uno de los grandes secretos que esconde Roma y que, desde luego, merece mucho la pena ver. ¡No dejes pasar la oportunidad si decides viajar a la capital de Italia!
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