MONASTERIOS

Historia del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna: ¿a qué debe su curioso nombre?

Viajamos hasta la provincia de Valencia para conocer el origen del impresionante Real Monasterio de Santa María de Valldigna.

Real Monasterio de Santa María de la Valldigna

Real Monasterio de Santa María de la ValldignaImagen de Jpjanuel en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Valencia, concretamente hasta Simat de la Valldigna. Allí encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones que merece la pena descubrir. Un claro ejemplo es el conocido como Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, fundado en marzo de 1298 por el Rey Jaime II de Aragón, el Justo.

Según versa la tradición, este monarca aragonés, tras la guerra contra los musulmanes que se desarrolló en la zona de Murcia y Alicante, se quedó maravillado al pasar por este valle. Un lugar que, por entonces, se llamaba Alfandech. Le impresionó, especialmente, por su belleza así como por su fertilidad. Tanto es así que el Rey no tardó en dirigirse al capellán, el monje Bononat de Vila-Seca y abad del monasterio de Santes Creus, al que dijo lo siguiente: “Vall digna per a un monestir de la vostra religió”, a lo que el abad respondió: “Vall digna”. De ahí el nombre de Valldigna que posteriormente adoptó, cuando el Rey entregó estas tierras al abad para una nueva fundación cisterciense.

Interior del Monasterio de Santa María de la Valldigna
Interior del Monasterio de Santa María de la Valldigna | Imagen de Salvador Escriva en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Cabe destacar que, desde entonces, esta construcción vive unos años de auténtico esplendor puesto que este Monasterio, como señorío, permitió que la comunidad fuera adquiriendo un papel verdaderamente destacado en la sociedad, pero también en la política, la economía y la cultura valenciana. Y todo ello durante aproximadamente seis siglos. Pero todo cambia de forma radical en el año 1835. Como consecuencia de la Desamortización de Mendizábal tiene lugar la exclaustración y, por ende, el Monasterio fue abandonado por los monjes y posteriormente vendido a particulares.

Lo cierto es que este lugar pasó a ser nada más y nada menos que una explotación agropecuaria particular. Después, dio paso al expolio y, como consecuencia, la trágica destrucción patrimonial de este histórico Monasterio. Tanto es así que se destruyeron la gran mayoría de edificaciones, y hasta se dinamitó el conocido como baldaquino, un pequeño templete ubicado en el centro de la iglesia que únicamente lo tienen monasterios e iglesias importantes como es el caso de la Catedral de Santa María de Girona o la Basílica de San Pedro situada en la Ciudad del Vaticano.

Interior de la cúpula del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna
Interior de la cúpula del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna | Imagen de Jpjanuel en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Lejos de que todo quede ahí, los impresionantes sillares de los arcos y las losas del pavimento, fueron vendidos como material de construcción. Por si fuera poco, entre los años 1920 y 1926 los arcos góticos del claustro alto del palacio del abad se incorporaron al Palacio del Canto del Pico. No fue hasta 2003 cuando la Generalitat Valenciana decidió comprarlo a los actuales propietarios, por lo que en 2006 fue devuelto a su lugar de origen.

En la actualidad, tanto la Iglesia como el Portal Nuevo (donde encontramos tanto el escudo de la Corona de Aragón como el del Abad) se encuentran en perfecto estado de conservación. Y todo gracias a los constantes trabajos que se hacen por parte de la Fundación Jaime II el Justo, que se encarga de la gestión de ese importantísimo proceso de restauración que se está llevando a cabo.

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