Iglesia de San Lorenzo de Córdoba: su historia y por qué se erigió en este lugar

Viajamos hasta la ciudad andaluza de Córdoba, una de las más visitadas y conocidas en todo el mundo. Recorrer sus calles es un auténtico regalo para los amantes de la historia y la cultura. Y es que encontramos una serie de monumentos que consiguen dejarnos completamente sin palabras.

Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Iglesia de San Lorenzo. Se trata de un templo fernandino (construido durante el reinado de Fernando III el Santo) situado en el barrio al cual le da nombre. Se erigió sobre los restos de una antigua mezquita que, a su vez, reemplazó una iglesia visigoda. Esta Iglesia fue construida durante la segunda mitad del siglo XIII, aproximadamente entre los años 1244 y 1300.

Por lo tanto, estamos en una época clave, ya que se trata de una etapa de transición del estilo románico al gótico. En esta Iglesia de San Lorenzo de Córdoba se encuentran nada más y nada menos que tres hermandades: la Entrada Triunfal (“La Borriquita”), El Calvario y Ánimas. Esta edificación religiosa, en 1985, fue declarada Bien de Interés Cultural.

La Iglesia de San Lorenzo de Córdoba, a través de su historia

Como hemos mencionado, esta Iglesia se erigió sobre los restos de una antigua mezquita, la de al-Mugira. De ella se conservan varios restos de su minarete. Por si fuera poco, en el año 1884, se encontró una lápida con una inscripción, en la que se conmemoraba nada más y nada menos que la construcción de esta mezquita.

En el año 1236, una vez se hizo efectiva la conquista de la ciudad de Córdoba, este templo pasó a manos cristianas. En 1272, tras la reorganización que se llevó a cabo por la Diócesis de la ciudad, se decidió invertir nada más y nada menos que 10 maravedíes para que se erigiera esta nueva iglesia. Siglos después, en 1555, se construyó la Torre campanario, obra de Hernán Ruiz II, arquitecto conocido popularmente como “el Joven”. Hay quien dice que podría ser el precedente de la Giralda de Sevilla.

Un año a destacar es 1687, ya que se produjo un devastador incendio que provocó graves daños en la estructura. Por esa razón, se decidió cubrir sus pinturas murales con bóvedas de yeso, de estilo barroco, con el fin de preservarlas. Fue en 1963, como consecuencia de una gran restauración, cuando se pudo devolver a la Iglesia de San Lorenzo ese estilo gótico-mudéjar que tanto le caracterizada. Además, se recuperaron varias pinturas murales del siglo XIV, así como un curioso rosetón que estaba oculto.

La Iglesia de San Lorenzo, a través de sus características

Para comenzar, debemos tener en cuenta que su estructuración es bastante similar a las iglesias que se erigieron en esa época en Andalucía. Es decir, tiene una planta rectangular de tres naves, no cuenta con crucero y, por si fuera poco, su cabecera está construida en forma de ábside.

Pero lo que no era para nada habitual es que tuviera nada más y nada menos que un porche de tres vanos apuntados en la portada principal. Una disposición que debió surgir, aproximadamente, en el siglo XVI. Contando con las pinturas de estilo gótico italiano en el ábside y la decoración que imita a esa ornamentación bizantina de azulejos, no podemos olvidarnos del rosetón gótico-mudéjar. Además, el antiguo retablo mayor del siglo XVII relata, a través de lienzos, la vida de San Lorenzo.