Iglesia de Santa Cecilia: ¿qué historia esconde una de las grandes joyas de Aguilar de Campoo?

Es el momento de viajar a Aguilar de Campoo, situado en la provincia de Palencia. Se trata de una localidad que llama poderosamente la atención a quien se anima a visitarla. Y siendo honestos, no es para menos. Cuenta con un gran número de rincones, lugares y edificaciones que no dejan indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como ermita o iglesia de Santa Cecilia.

Se trata de una edificación religiosa que cuenta con un gran número de curiosidades. Entre ellas, que no tiene un uso litúrgico de carácter regular. Por si fuera poco, esta iglesia de Santa Cecilia se encuentra en las laderas del cerro en el que se ubica una de las construcciones más turísticas de la zona: el Castillo de Aguilar de Campoo.

La Iglesia de Santa Cecilia de Aguilar de Campoo, a través de su historia

Debemos tener en cuenta que el origen de esta construcción es algo confuso. A pesar de todo se tiene indicios de una lápida con crismones perdida hace tiempo que, en latín, decía: "En la era milésima septuagésima novena, reinante en Castilla y León el rey Fernando y la reina Sancha, su esposa, fue terminada esta iglesia". Por lo que la parte más primitiva del edificio y de la que apenas quedan restos, sería de 1041.

El aspecto actual correspondería a una reconstrucción de carácter integral que se realizó entre los siglos XII y XIII. Tiempo después, concretamente entre los siglos XVI y XVIII se llevaron a cabo una serie de reformas cuyo objetivo era sustituir ese ábside original. El paso del tiempo terminó haciendo de las suyas, hasta tal punto que el edificio llegó a estar en ruinas. Motivo por el cual, en la década de los 60, se tomó la firme decisión de restaurarla. Esto provocó que en octubre de 1963, esta Iglesia de Santa Cecilia de Aguilar de Campoo fue declarada Monumento Histórico-Artístico.

La Iglesia de Santa Cecilia de Aguilar de Campoo, a través de sus características

Para comenzar, este templo cuenta con una planta rectangular que, a su vez, tiene tres naves de tres tramos. El techo es de madera y el ábside, en forma de trapecio, es bastante moderno. Una de las cuestiones que más llama la atención de esta edificación es su portada, de la que no se ha logrado dar una fecha exacta todavía.

Aproximadamente, nos hace viajar al siglo XIII. Por si fuera poco, no podemos dejar de mencionar la bóveda que se encarga de techar el presbiterio. Entre otras cuestiones, porque presenta un peculiar arco apuntado que, desde luego, capta la atención tanto de fieles como de visitantes. ¡Es una iglesia verdaderamente espectacular!