CUENCA
Iglesia de Santa María de Alarcón: la curiosa historia del emblema de la localidad de Cuenca
Te presentamos la Iglesia de Santa María, una de las grandes joyas que podemos encontrar en la localidad conquense de Alarcón. ¡No te dejará indiferente!
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Alarcón, poco a poco y con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los municipios más sorprendentes de Castilla-La Mancha. La localidad conquense cuenta con antecedentes romanos e íberos aunque pasó a manos de los árabes, a quienes debe su nombre puesto que Alarcón significa “La Fortaleza”.
Gracias también a los musulmanes, esta localidad cuenta con uno de los castillos más sorprendentes de la Comunidad Autónoma. Eso sí, el aspecto actual se debe a la construcción del siglo XIII realizada por el monarca Alfonso VIII. Lo cierto es que no solamente es fascinante a nivel estructural sino que, además, la historia de Alarcón está estrechamente relacionada con esta edificación.
A pesar de todo, no es el único elemento valioso del patrimonio monumental de la villa de Alarcón, que en julio de 1981 fue declarada Conjunto Histórico-Artístico. Y es que también cuenta con una arquitectura de lo más variada. Desde la civil con el Ayuntamiento, la Casa de Villena y el Palacio de los Castañeda hasta la arquitectura religiosa como las iglesias de Santo Domingo de Silos, San Juan Bautista y, cómo no, la Iglesia de Santa María de Alarcón.
¿Cuál es la historia de la Iglesia de Santa María de Alarcón?
Si hablamos de esta iglesia, hablaremos del monumento más importante de esta localidad situada en la provincia de Cuenca, sin contar con el castillo. Año tras año, atrae la atención de un gran número de turistas debido a su espectacular valor artístico. Es tan sumamente sorprendente que, en el año 1981, fue declarada Monumento Nacional. ¡Un título más que merecido!
La construcción de la Iglesia de Santa María se realizó entre los años 1520 y 1565. Esto es un gesto a tener en cuenta porque, en la época, terminar una edificación de estas características en tan solo 45 años era un auténtico récord. En ella, intervinieron grandes maestros como son nada más y nada menos que Esteban Jamete y Pedro de Alviz.
El talento y el estilo de Jamete se pueden apreciar prácticamente en toda la iglesia. Ésta se construyó, aproximadamente, en el año 1550 y con el paso del tiempo se ha convertido en una de las mejores portadas que podemos encontrar en Castilla-La Mancha.
Es de estilo plateresco, trabajada bajo un sorprendente arco triunfal. A su lado encontramos dos sorprendentes columnas y, entre ellas, diversas hornacinas completamente vacías. Elementos que proporcionan una mayor monumentalidad a esta portada que, desde luego, no deja indiferente a nadie.
Debemos tener en cuenta que el acceso a la iglesia tiene un coste de 3 euros y que se recomienda llevar en efectivo. Una vez entras, una de las cuestiones que más llama la atención es la grandiosidad que presenta. Y es que cuenta con impresionantes bóvedas góticas, así como unas columnas verdaderamente anchas.
Cabe destacar que, aunque las tres naves son de la misma altura, en esta ocasión las columnas no presentan capiteles. De esta manera, parece que esos nervios de la bóveda salen directamente de ellas como si fueran palmeras. Un gesto que hace que esa sensación de grandiosidad aumente por momentos.
En cuanto a su interior, cabe destacar su sorprendente y magnífico retablo mayor que data del año 1572. Tanto es así que es considerado como uno de los mejores de Castilla-La Mancha. No podemos dejar de mencionar la pila bautismal que está en la capilla de los Castañeda, obra de Esteban Jamete, así como el coro que data del siglo XVIII y es obra de José Martín de la Aldehuela.
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