¿Imaginas cómo sería despedir el año en la isla de La Palma?

Un lugar seguro y saludable con un clima estupendo, una naturaleza de escándalo y todas las posibilidades del mundo a tu disposición para practicar casi cualquier deporte... eso por no hablar del mar y las playas; la isla de La Palma es la Isla Bonita de las Canarias y del mundo entero, un destino magnífico en cualquier época del año, también en Navidad.

¡Cómo hemos cambiado! hace años (en realidad décadas ya...) las fechas señaladas de la Navidad se celebraban en casa y en familia, poco a poco las costumbres fueron relajándose y de salir un rato después de cenar pasamos a cenar fuera y, puestos a disfrutar, optamos por viajar; fue entonces cuando muchos se pusieron por destino las Islas Afortunadas, su clima cálido de verano enterno frete al frío invierno peninsular era de lo más tentador.

Y entre las Afortunadas, por supuesto, la Isla Bonita, un destino ajeno a toda masificación y con unos paisajes que no dejan indiferente a nadie; y es que La Palma es Reserva de la Biosfera, es también una de las islas con mayor desnivel del mundo (puedes pasar del nivel del mar a estar a 2.400 metros de altura en el Roque de los Muchachos en solo un rato), un horizonte libre de toda contaminación y la posibilidad de disfrutar del cielo nocturno como en ningún otro lugar del mundo.

Miradores y volcanes, mares de nubes, un clima y un paisaje de los que levantan el ánimo al más desanimado y actividades al aire libre de lo más variado y aptas para todos los públicos, de los aventureros más intrépidos a los niños y los mayores o las gentes de dudosa forma física: buceo, kitesurf y windsurf en el mar, rutas de senderismo en el interior, rutas en bicicleta, en quad o incluso en buggy... ¿quién no se animaría a pasar el final del año en La Palma?