Llafranc, una de las poblaciones con más encanto de la Costa Brava

Con la llegada del buen tiempo, de los días de sol y calor, apetece ir planeando fines de semana en los que disfrutar en buena compañía. Para ello, un destino ideal es la Costa Brava, pues ahora es la temporada perfecta para ello porque todavía no se está tan masificada como en verano. Y si concretamos un poco más, entonces podemos mencionar Llafranc, una de las pedanías costeras de Palafrugell.

Llafranc es una localidad muy pintoresca, que desprende encanto en cada uno de sus rincones, aunque no sea tan conocida como otras a su alrededor. En tu recorrido por sus calles, podrás descubrir lugares emblemáticos de Llafranc, tales como la Iglesia Santa Rosa de Lima, con su fachada de color blanco y sus más de 100 años de vida; la Casa Rosa, que data del siglo XIX también o la Casa Bravo, de la misma época.

Pero como buen municipio de la Costa Brava, destaca su playa, de 360 metros de largo y 40 de ancho, situada en la bahía de Llafranc. Como paisaje de fondo, multitud de casitas blancas típicas de los pueblos de la costa de Girona. Como protagonistas, su arena de color dorado, las barquitas de colores y sus aguas cristalinas. Además, tiene una zona de rocas que permiten practicar snorkel y observar el fondo marino.

Por otro lado, si lo que quieres es observar Llafranc desde las alturas, tienes la posibilidad de subir hasta la montaña de Sant Sebastià, que tiene aproximadamente 168 metros de altitud. Allí se encuentra el mirador de Sant Sebastià, que regala unas vistas panorámicas de la localidad que ocupa estas líneas.

¿Cómo puedes llegar hasta él? Puedes hacerlo en coche, pero quizá la opción más recomendada es hacerlo a pie por el Camí de Ronda, un camino que te lleva muy cerca del mar de un pueblo a otro de la Costa Brava. Son aproximadamente 20 minutos a pie desde el puerto de Llafranc y debes saber que durante todo el camino, a medida que vas subiendo, disfrutarás de unas vistas increíbles.

Finalmente vamos a mencionar el faro de Sant Sebastià, situado en la misma montaña que acabamos de mencionar, más o menos a la misma altura. Inaugurado en 1857, es el faro con más potencia de toda la costa de Cataluña, pues su luz se puede ver a 60 kilómetros de distancia. Justo a su lado, debes saber, se encuentra el poblado Ibérico de Sant Sebastià, así que quizá quieras apuntarlo para no olvidarte de ir a verlo cuando visites Llafranc.

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