LLanes en ocho playas…y una de ellas es la más pequeña del mundo

Precisamente vamos a centrarnos en sus playas y en último lugar reservamos la sorpresa de la playa de Gulpiyuri, un verdadero monumento natural y la que es considerada la playa más pequeña del mundo. Un paisaje insólito que es difícil de descubrir si no nos indican donde se encuentra porque está en pleno paisaje agrícola. Comenzaremos por las playas más urbanas para ir recorriendo las que se encuentran en un paisaje más natural.

Playa del Sablón

Es una cala urbana situada en pleno corazón de la capital de LLanes. Limitada por el espectacular paseo marítimo de San Pedro y bordeada por una senda, esta playa tiene unos cien metros de largo y dispone de aparcamiento. Siempre está llena de gente de la zona y es muy segura para el baño.

Playa de Toró

Es un paisaje cubierto de rocas puntiagudas que sobresalen en medio de la arena blanca. Este arenal está muy cerca de la villa de LLanes y es un centro turístico de referencia. Tiene acceso a pie y en coche; tiene aparcamiento y todos los servicios necesarios para disfrutar de la misma. El oleaje, como en todo el Cantábrico, es moderado y se puede disfrutar del baño sin peligrosidad.

Playa de Cué

Es una playa de arena blanca y fina en un entorno rocoso que tiene una gran roca que es conocida como Isla Grande o Islona. Si vamos con la pleamar se convierte en una piscina natural, casi sin olas, ya que queda resguardada del mar abierto. Es un rincón ideal para practicar buceo o para pasar unas horas pescando. No tiene mucha afluencia y se puede llegar a pie –hay un kilómetro desde la localidad de Cué- o en coche, aunque el aparcamiento es pequeño. Tiene una pega: no es accesible a personas con movilidad reducida.

Playa del Poo

Es una verdadera piscina natural de agua salada. Tiene forma de embudo y se encuentra en la desembocadura del Río Vallina. Cuando sube la marea entra por el canal y el agua se remansa como si fuera una pequeña piscina de poca profundidad, lo que la hace ideal para el baño familiar. Se puede llegar a píe desde Poo y también en coche, pero tiene un aparcamiento muy pequeño para tan alta ocupación; hay que madrugar para disfrutarla si vamos en coche.

Playa de Ballota

Está unida a la playa de Andrín, solo las separa el mirador de Boriza. Tiene unas aguas tranquilas con muy poco oleaje y una arena blanca y fina. Tiene como peculiaridad un bufón –chorro de agua que brota de la roca-, activo en los días de oleaje. El conjunto que forma con el islote de Castro es un espectáculo de belleza natural.

Playa Arenal de San Martín

Es una playa casi virgen y poco masificadas. Comprende la playa de este nombre y la de Portiello, a la que queda unida con la bajamar. Tiene fuerte oleaje y es muy ventosa, lo que la hace ideal para la práctica del surf. Destaca la vista de los restos de la ermita románica de San Martín, y forma parte del Camino Costero de Santiago. Cuando hay pleamar, se pierden la zona arenosa y sólo las rocas quedan a la vista.

Playa de la Almenada

Es un rincón espectacular con doble salida al mar. Es una playa complicada de describir, mejor verla. Un tómbolo de tierra conforma esta playa, la orilla se divide en dos, una a cada lado del visitante. En frente, donde generalmente estaría el mar abierto, aparecen acantilados que conducen a una pequeña isla. Es de difícil acceso; lo mejor es llegar a través del mar, desde la playa de San Martín. Hay que tener cuidado, es especialmente peligroso permanecer en ella mientras sube la marea, ya que la salida es complicada.

Playa de Gulpiyuri (La playa más pequeña del mundo)

Está catalogada como Monumento Natural. Es una playa de interior, sin salida directa al mar. Es un verdadero espectáculo de arena blanca y agua salada en el que el Cantábrico se bate a unos metros y solo se cuela por debajo de los acantilados. Registra un fenómeno conocido como desagüe cuando comienza la bajamar y que se queda sin arena cuando llega la pleamar. El acceso no es fácil y se llega por un camino agrícola que cruza prados que la rodean, la localidad más cercana es Naves. Es de visita obligada por su singularidad y espectacularidad.

Llanes no merece una visita: merece varias. Las playas son uno de sus alicientes, pero no el único, y seguiremos descubriendo esta zona en profundidad