Llerena tiene su propio festival de cine

El certamen se celebra del 28 de julio al 5 de agosto en el marco de la semana cultural de las fiestas patronales de esta ciudad extremeña y para ser conscientes de su importancia bastan algunas cifras: en la edición de 2021 superó el millar de inscripciones procedentes de más de 50 países; en cuanto al público, han visitado Llerena durante la celebración de su Certamen Internacional de Cortometrajes ‘El Pecado’ más de 75.000 personas en sus diferentes ediciones; un dato más: en sus veintidós ediciones han pasado por este certamen más de 10.000 cortometrajes.

Los cortometrajes seleccionados se proyectarán gratuitamente y al aire libre en el Parque Cieza de León y en la Plaza de la Merced, que son además dos de los lugares más bellos de Llerena; la entrega de premios se celebrará en el Auditorio de la Ciudad de Llerena, donde además se proyectarán de nuevo los cortometrajes galardonados.

Los amantes del cine gozarán a lo grande de Llerena en pleno verano porque verán cortometrajes para todos los gustos y de una notable variedad de temáticas; dicen incluso que, si eres un cinéfilo empedernido, perderte el Certamen Internacional de Cortometrajes ‘El Pecado’ es precisamente eso, un pecado (capital, diríamos…).

¿Y qué más nos ofrece Llerena además de su propuesta cinematográfica? Empecemos por ubicarnos: Llerena está en la Campiña Sur de Badajoz, es uno de los municipios más poblados de esta comarca, es de hecho el segundo más poblado tras Azuaga; no puedes marcharte de Llerena sin acercarte a su muralla urbana, que data del S.XIII, a la Iglesia Señora de la Granada, que sorprende con su fachada barroca en la plaza del Ayuntamiento, al Palacio de los Zapata con su bonito patio mudéjar en la Plaza de la Inquisición, al Convento de Santa Clara con sus pinturas murales y sus retablos barrocos en la calle de la Corredera, a la Plaza de España, que fue en su día coso taurino y mercado, a la Iglesia De Santiago, históricamente importante por la influencia de la Orden De Santiago en esta zona de Badajoz, y al Palacio Episcopal que era, precisamente, la residencia de los priores de la Orden De Santiago.