De tapas por la calle Laurel
Los 10 mejores pinchos de Logroño
No hay nada mejor que ir a La Rioja para saborear las tapas más exquisitas. Te ofrecemos una selección de los mejores pinchos que encontrarás en su calle más emblemática.
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Puedes perderte por la calle Laurel de Logroño entre champis, bravas, embuchaos, oreja, morros, matrimonios o pinchos de tortilla picante. En cada sitio un vino y una historia con la que disfrutar de la gastronomía del lugar y pasarlo bien.
Con el nombre de La senda de los Elefantes (porque de allí puedes salir con una trompa) conocen en Logroño a la Calle Laurel, una calle en la que te encuentras un bar a cada paso, variedad de pinchos deliciosos y por supuesto, vino de Rioja. La lista es enorme (más de 65) y es muy difícil destacar unos sobre otros aunque cada riojano tiene sus favoritos.
Bar Soriano
El Bar Soriano es un bar muy pequeño, siempre parece estar lleno, incluso atiende a la clientela por la ventana. Su especialidad, y podríamos decir que único pincho disponible, son los champis. Una rebanada de pan con tres champiñones a la plancha coronados por una gamba y salsa de perejil. Lo ideal es dejar que el pan se empape de la salsa que sueltan los champiñones para que el bocado sea perfecto..
Existe incluso una técnica para comer este pincho sin mancharse. Hay que sacar el palillo por la parte de abajo del pan. En el Ángel la especialidad son los mismos pinchos de champiñón, no sabríamos decirte cual nos gusta más.
Blanco y Negro
El tradicional matrimonio, un bocadillito compuesto por anchoa, boquerón y pimiento verde con un chorrito de aceite, es exquisito en este bar. No sé si será el pan, la anchoa, el boquerón o los vinos que te tomas, pero este pincho tan sencillo es un auténtico manjar. Te gustará aunque el bar esté lleno y tengas que comerlo entre empujones o en la calle en pleno invierno.
Bar Sebas
El Sebas se especializa en pinchos tradicionales en la cultura española como el bacalao en aceite o los pimientos rellenos, pero si quieres tomar una de las mejores tortillas de patata que hayas probado en tu vida, hazlo aquí. No te arrepentirás. La única duda es si quieres que te pongan picante o no. Sólo debes pedir picante si te gusta de verdad ese sabor pero nunca nunca debes preguntarle a un riojano si algo es muy picante o no porque siempre te dirá que no.
El Perchas
Todos los riojanos saben que uno de los pinchos más tradicionales de La Laurel es la oreja rebozada de El Perchas. Superviviente a la tradición de tomarse en cada bar la única tapa que preparaban y un vino, es una tapa muy bien considerada entre los riojanos y que sorprende siempre muy gratamente a turistas de todas partes. El Sebas estuvo apunto de desaparecer después de 60 años, pero al final, el joven Rubén, un miembro de la familia se ha quedado al frente del negocio.
Tu casita en La Laurel
Fundada en 1987 por José Andrés y Mª Luisa, "La Gallega", y actualmente regentada por su hija Esther. Entre la rica variedad de tapas caseras, cabe destacar la Brocheta de Pulpo y Langostinos a la plancha, además de la exquisita zapatilla de Jamón Ibérico.
Los precios son muy asequibles, depende del local pero el precio medio de los pinchos es de unos 2€, y en las bebidas, a parte de las medidas de siempre, ofrecen los cortos (unos vasitos pequeños) que pueden ser de cerveza, sidra o vino y rondan los 50 cts (evidentemente dependiendo del vino que pidas).
Bar Jubera
Lo más conocido de este bar son las patatas bravas, llevan salsa brava y también mayonesa. Bien fritas en aceite y servidas en plato de barro resultan exquisitas. Es conveniente saber que las picantes pican de verdad, así que solo debes pedirlas si te gusta.
El Muro
El proyecto de los bares El Muro de la calle Laurel, se creó en 1989 a la vez que la caída del Muro de Berlín y poco antes del estreno de la película del Muro de Pink Floid. Cocina típica riojana con una barra con más de 20 pinchos distintos. El más conocido es el cojonudo (pequeño bocadillo con picadillo de chorizo, huevo de codorniz y pimiento rojo),
También podemos tomarmos un embuchado a la plancha (intestino de cordero de leche) y pimientos rellenos.
La taberna del tío Blas
Hay muchas tapas y pinchos pero si tenemos que destacar el más conocido es la hamburguesita, también la croqueta de jamón ibérico, el picadillo con huevo, la croqueta de espinacas con piñones, el pincho de chuletón a la brasa, el secreto ibérico, bolas de marisco, croquetas de chipirón en su tinta… siempre acompañado de un vino de rioja.
Donosti
No sabemos si será por el nombre vasco o simplemente por buen gusto gastronómico, pero en el contundente Donosti cuentan con pinchos tan rotundos como era de esperar. Y además, tan deliciosos como variados, porque la carta no se queda corta. Nos referimos a joyas como el cojonudo (chorizo con huevo de codorniz y pimiento) el de solomillo con roquefort o salsa a la pimienta, el de foie fresco a la plancha o el embuchado.
Bar Lorenzo
Veintinueve años y tres generaciones sirviendo alegría demuestran que el buen hacer es la primera norma de un buen negocio hostelero. Aquí el manjar más celebrado es el Tío Agus, un montadito de carne de pincho moruno y salsa chimichurri con un especiado propio de la casa. No se trata del establecimiento más sofisticado, del lugar mejor decorado, pero sí de uno de los más míticos y venerados.
La más conocida para ir de chiquiteo es la calle Laurel pero, para los que más saben existe una posibilidad alternativa, la calle San Juan, más de los de casa y menos turística.
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