Menorca, destino mediterráneo y placentero

Menorca es famosa por sus calas paradisíacas, por pueblos como Alaior, Es Migjorn Gran Maó Ferreries o Es Mercadal; también por su espectacular Camí de Cavalls, una ruta centenaria que rodea la isla y por supuesto por sus conjuntos talayóticos, con las famosas necrópolis de Cala Morell o Calescoves o los no menos famosos poblados talayóticos de Trepucó, Talatí de Dalt o Montefí como lugares históricos imperdibles de la isla.

Ahora bien, aun siendo cierto que todo lo anterior hace de Menorca un destino excepcional y excepcionalmente imperdible, no lo es menos que hay placeres a priori menores que puedes disfrutar en esta isla balear y complementan tu experiencia menorquina haciéndola no solo inolvidable sino convirtiendo esta paradisíaca isla en uno de esos destinos a los que siempre se vuelve; nos referimos a placeres gastronómicos como degustar el queso de Maó entre otros productos locales como el aceite, el pescado o las carnes autóctonas como la vaca vermella menorquina..

¿Más pequeños placeres para hacer inolvidable Menorca también en primavera? Vivirla en modo slow life:

Aprovecha las mañanas todavía frescas para recorrer algún tramo del Camí de Cavalls, las calles laberínticas de pueblos como Alaior o alguna de las 9 bodegas de la isla para descubrir sus viñedos y catar sus vinos, hay rutas y visitas guiadas porque la tradición vitivinícola menorquina se remonta al SXIII.

El mediodía puedes aprovecharlo para gozar de las famosas calas menorquinas sin la aglomeraciones propias de los días más cálidos del verano.

¿Y del atardecer en adelante? Es la hora ideal para ponerse guapo y salir a gozar de la gastronomía menorquina porque esta isla no fue nombrada Región Europea de Gastronomía en 2022 por parte del Instituto Internacional de la Gastronomía, la cultura, las Artes y el Turismo (IGCAT) por casualidad.

Y cuando regreses a casa, sólo entonces, revisa las fotografías que has hecho con tu móvil y conviértete en la envidia de Instagram.