Navarra
Olite: Qué ver y qué hacer en este municipio histórico de Navarra
Olite es uno de los municipios más mágicos y espectaculares de nuestro país. ¿Qué ver? ¿Qué hacer en este lugar? Te damos las claves para que aproveches al máximo tu visita.
Publicidad
Olite es, sin lugar a dudas, uno de los municipios más espectaculares de nuestro país. Es una escapada perfecta para perderse en uno de los pueblos medievales más mágicos. Este lugar se encuentra en el corazón de Navarra, a tan solo media hora de la ciudad de Pamplona.
Este municipio, de manera directa, te trasladará a la Edad Media. Sus calles, su centro histórico y hasta su castillo, digno de un cuento de hadas, no te dejará indiferente. Por lo tanto, si estás pensando en visitarlo, es el momento de descubrir ciertos lugares y datos que debes tener en cuenta para aprovechar al máximo esta escapada. ¡Toma nota!
Iglesia de San Pedro
Es una de las cuestiones más espectaculares que podrás encontrar en Olite, al ser la iglesia más antigua. Situada en la conocida plaza del Fosal, esta edificación data del siglo XII. Estamos ante una mezcla perfecta de los estilos románico, barroco y gótico. Lo más llamativo de esta edificación es su torre, gótica, de unos 52 metros de altura. Una vez cruzas el pórtico romano, en el interior podrás encontrar diversas joyas como una talla gótica de Santiago, un claustro románico (siglo XIII) y un retablo mayor que no deja indiferente a nadie.
Palacio Real de los Reyes de Navarra
Es uno de los rincones más significativos de Olite y, siendo honestos, no es para menos. ¡Es un palacio de ensueño! Esta fortaleza se levantó entre los siglos XIII y XIV, llegando incluso a ser residencia de la Corte del Reino de Navarra. Bien es cierto que, a partir de la invasión que tuvo lugar en 1512, este castillo empezó a deteriorarse. Afortunadamente, en 1937 comenzaron las obras de restauración. Esta edificación merecía volver a estar entre uno de los más bonitos de Europa. Puedes visitarlo, y te dejará sin palabras por sus torres, sus estancias y diversos habitáculos.
Plaza de Carlos III el Noble
El Castillo de Olite lo encontramos en esta Plaza tan espectacular. Probablemente sea una de las más bonitas y significativas del municipio navarro. Tiene aspecto medieval y está repleta de terrazas de restaurantes. Por lo tanto, es un lugar idóneo para tomar un aperitivo. En esta plaza de Carlos III el Noble encontramos diversos edificios bastante significativos, como son el Ayuntamiento (del siglo XX), la Torre del Chapitel (como acceso a la villa amurallada) e, incluso, las conocidas como Galerías medievales (siglo XIII).
Palacio Viejo
Está ubicado junto a la Iglesia de Santa María y, desde 1966, es utilizado como Parador. Estamos, sin lugar a dudas, como uno de los edificios más antiguos del municipio navarro. Esta fortaleza cuenta con una planta rectangular, perfectamente reforzada por torres en sus cuatro esquinas. En su día, formaba parte del sistema defensivo de Olite. Eso sí, durante la Guerra de la Independencia Española, sufrió diversos saqueos y abandono. Llegó a utilizarse, a su vez, como residencia de diversos monarcas navarros.
Convento de San Francisco
Paseando por la parte exterior de la muralla, podemos encontrar este convento. La leyenda dice que el propio San Francisco de Asís, durante su comentada peregrinación a Santiago de Compostela, tomó la decisión de fundar este convento en el siglo XIII. Gracias a las donaciones de diversos reyes de Navarra, esta orden llegó a transformarse en uno de los mejores complejos religiosos de la época. El escudo de Carlos III es lo que más destaca de su portada gótica.
¿Por qué no recorrer la Muralla de Olite?
Es una de las mayores delicias que nos puede ofrecer este municipio. En Olite podrás recorrer esos más de 500 metros que tiene la antigua muralla romana, que data del siglo I. A pesar del tiempo, continúa en pie. Sus doce torres tampoco dejan indiferente a nadie. Ahora bien, ¿dónde encontramos uno de los tramos más conocidos? Nada más y nada menos que detrás del Palacio Real. Allí hay un pozo de hielo, digamos. Era algo así como una nevera gigante en la época medieval. ¡No tiene desperdicio!
Publicidad