GUADALAJARA
Palacio del Infantado: historia y dónde podemos encontrarlo
El Palacio del Infantado es una de las edificaciones más sorprendentes, a nivel histórico y cultural, que podemos encontrar en nuestro país. Es el momento de conocer su historia.
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Guadalajara es, sin lugar a dudas, una de las ciudades de Castilla-La Mancha que más secretos esconde y que más sabe cómo sorprendernos. De hecho, cuenta con un gran número de edificaciones que tienen no solamente un gran peso histórico sino, a su vez, también arquitectónico y cultural.
Un claro ejemplo lo encontramos en el Palacio de los Duques del Infantado, situado en la propia plaza España de Guadalajara. Es tal su belleza que ha llegado a ser calificado como “único en su género”. Este sorprendente Palacio fue construido por Juan Guas (arquitecto) y Egas Coeman (tallista) hacia 1480, a instancias del II Duque del Infantado.
Estamos ante una perfecta mezcla entre palacio y fortaleza. Además, presenta diversos estilos artísticos así como el germen de la estética perteneciente al pensamiento humanista en España. Nos referimos, precisamente, al duque Íñigo de Mendoza, quien mandó construir este Palacio para demostrar su poder, pero también su posición.
El edificio es sencillamente espléndido, desde su fachada hasta su interior. Tanto cristianos como musulmanes colaboraron en esta construcción, por lo que están presentes elementos góticos pero también decoraciones mudéjares. Es tan sumamente espectacular que diversos monarcas como Felipe II y Felipe V decidieron casarse en este lugar.
¿Qué es lo más destacado del Palacio del Infantado?
Evidentemente, tenemos que nombrar la fachada que está labrada en caliza traída de Tamajón, situado a poco más de 50 kilómetros de Guadalajara. En la galería superior, en la puerta principal y en las puntas de diamante vemos tan solo una pincelada de esas tallas en piedra que caracterizan a todo el edificio. En cuanto al muro de cortina, nos recuerda a esos modelos que propuso Filarete en su ‘Trattato d’architettura’, que data del año 1465.
A pesar de todo, sí que vemos que Juan Guas quiso tener presente esa estética andalusí para dar un toque aún más personal a este proyecto. En cuanto a la portada, se sabe que está inspirada en aquellos sistemas utilizados en los palacios mudéjares que datan del siglo XIV. En cuanto al interior, debemos destacar el precioso patio de los Leones donde el estilo gótico predomina. No solamente sorprende por la precisión en los detalles, sino también el hecho de incluir diversas figuras enfrentadas (leones y grifos), extraídas de la tradición islámica.
También llama poderosamente la atención el espectacular jardín del Palacio del Infantado. Debemos tener en cuenta que, hasta ese momento, ese tipo de espacios eran exclusivos de los palacios de Al-Ándalus o, incluso, aquellos monasterios que la monarquía castellana utilizaba como residencia habitual.
En la actualidad, el Museo de Guadalajara ocupa gran parte de este edificio. Aun así, en la parte baja aún se conservan diversas salas de honor, donde encontramos un área de exposición en el que se interpreta este Palacio y se da a conocer la historia de la familia Mendoza, linaje que ordenó su construcción.
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