Palamós, un bonito pueblo de la Costa Brava que no puedes perderte

Palamós es una ciudad de costa situada en Girona que, aunque no tiene tanto nombre como otras de su alrededor, tampoco tiene nada que envidiarle. Allí gozan de un amplio patrimonio cultural y arquitectónico, por lo que puedes visitar la Capital del Carmen o la iglesia de Santa María, que data del siglo XV.

Pero también tiene olor a mar. Se respira por todas partes. Y muchos de sus lugares de interés están relacionados con él. Así, para descubrir sus orígenes y su historia, puedes acercarte hasta el Museo de la Pesca, que además es muy original porque es flotante. Además, puedes acudir a la Longa del Pescado, en la que los pescaderos hacen subastas.

Por otro lado, en tu visita a Palamós no puedes dejar de visitar el Castillo de Sant Esteve, aunque no esperes uno de esos castillos de cuento que hay en algunas ciudades. Este es pequeño y está en ruinas, pero se encuentra en lo alto de un acantilado y sirve como mirador.

Además, en Palamós encontrarás dos puertos: el náutico, pegado a la playa principal, y el deportivo. Allí puedes ir a ver barcos y, después, recorrer el paseo marítimo en el que encontrarás fuentes y otros monumentos.

El faro es otro de los atractivos de esta ciudad de la Costa Brava y aparece en las guías turísticas y te lo recomiendan los empleados de la oficina de información turística. Pero como ocurre con el castillo, lo mejor del faro son sus vistas al mar. Y hablando de vistas al mar, quizá te interese apuntar en tu itinerario el mirador Port Marina.

Por supuesto, no podemos acabar un artículo de un pueblo de costa sin hablar de sus playas. Y Palamós tiene varias, como la playa de La Fosca, a la que se accede desde al lado del castillo, o la playa principal que se encuentra junto a los puertos mencionados unas líneas más arriba. Pero sin lugar a dudas, la más especial de todas es la cala s'Alguer: es pequeña y pintoresca y en ella se encuentran situadas doce casitas de pescadores.

Finalmente, tampoco se nos puede olvidar hacer mención al Camino de Ronda. Es un camino de arena que pasa pegado al mar y que te permite ir de pueblo en pueblo por toda la Costa Brava disfrutando de los bonitos paisajes. Se encuentran desde Blanes hasta Portbou y años atrás se usaba para que la Guardia Civil pudiera controlar el contrabando. Pero hoy en día ha quedado para eso, para disfrutar de las bonitas calas y playas de la Costa Brava en un agradable paseo.

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