Rías Altas
Pueblos de la costa Ártabra, para disfrutar de un verano de paisajes, playas y gastronomía de escándalo
Si hablamos de Galicia, verano y mar seguro que pensarás en las famosas Rías Baixas pero ¿sabías que las Altas también pueden ofrecerte un verano de escándalo?
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Cuando hablamos de las rías gallegas solemos simplificar mucho y agruparlas todas en dos, las Rías Altas y las Rías Baixas pero en realidad la costa gallega da para más que para dos rutas: lo que conocemos como Rías Altas, donde está el destino que hoy os proponemos, son en realidad tres zonas y no una sola: las Rías Altas propiamente dichas (que se corresponde más o menos con la costa de Lugo), la Costa Ártabra que comienza en Cedeira y termina cuando llegamos a la famosa Costa da Morte.
Ese trozo de costa norte de la provincia de A Coruña esconde pueblos con mucho encanto y parajes naturales de notable espectacularidad, las playas y los acantilados sobre el mar nos regalan estampas realmente inolvidables ¿hacemos una ruta? comencemos por Ortigueira:
Ortigueira
A poco que conozcas Galicia te sonará el nombre de este pueblo y te sonará más si eres un fan de la música celta porque aquí se celebra todos los años y en el mes de junio el famoso festival de Ortigueira; vayas cuando vayas, no dedes de acercarte al mirador Castelo do Casón porque las vistas desde allí son realmente inolvidables.
Cedeira, sus fiestas de agosto y el marraxo
Cedeira es un pueblo bonito a rabiar, con su playa, su puerto, su río, sus tiendas, sus terrazas... (¡y su marraxo! un filete de tiburón que se sirve a la plancha y con patatas fritas). Es pronto, dadas las dificultades que estamos sufriendo este año por el coronavirus, para hablar de las fiestas de Cedeira porque no sabemos cómo serán este año dadas las difíciles circunstancias que nos han tocado vivir pero, dado que son a mediados de agosto, hay tiempo para seguir desescalando el confinamiento y, con un poco de suerte, podremos disfrutarlas aunque sea con algunas precauciones.
San Andrés de Teixido, donde quien no va de vivo, va de muerto
Este pequeño y encantador enclave (en verano, porque en invierno el mar y el clima transforman su encanto en furia...) es un lugar de peregrinación porque, según reza la tradición, a San Andrés de Teixido hay que ir una vez en la vida y el que no va de vivo va de muerto, por eso no debes pisar ningún insecto en tu camino a este pueblo, cuentan que son en realidad las almas de los que no fueron de vivos... ¿y a santo de qué esta leyenda? pues porque a Galicia no sólo llegó el Apostol Santiago, también San Andrés.
Recuerda que muy cerca de San Andrés de Teixido está el mirador de la garita de A Herbeira que es el mayor acantilado de Europa (600 metros hay del mirador al mar) ¡no te lo puedes perder.
Valdoviño y la playa de A Frouxeira
Valdoviño tiene un tesoro, un gran tesoro al que llegas, si vienes desde Cedeira como estamos haciendo hoy, después de recorrer la costa y descubrir los acantilados y las espectaculares playas de la zona (Villarube, Pantín...), ese tesoro se llama A Frouxeira y es una larguísima playa y una laguna que es además zona protegida.
Ferrol y sus alrededores (Ferrolterra)
Ferrol es la tableta de chocolate, la ciudad trazada con escuadra y cartabón, con su puerto, su museo naval, su casco histórico... y unos alrededores que enamoran siempre a quienes la visitan: la playa de Doniños es una de las visitas imperdibles y recuerda, además, que aquí puedes practicar paramente y descubrir Ferrol desde el aire. Otra de las actividades que no debes perderte es recorrer la boca de la ría desde el mar, en verano hay un barco que te dará ese paseo pero también puedes aprovechar para trasladarte a Mugardos por mar y disfrutar de su pulpo.
Mugardos y su famoso pulpo
A Mugardos se va en coche o, en verano, en barco desde el puerto de Ferrol, el caso no es es cómo vas sino a lo que vas, es probablemente el mejor lugar del mundo para degustar un plato que pasa por ser uno de los más destacados de la gastronomía gallega: el pulpo. En Mugardos se prepara á feira (con su patata cocida, sal gorda, aceite de oliva y pimentón picante) pero también con una receta propia, a la mugardesa, y tendrás que probarlos ambos.
Pontedeume y las Fragas del Eume
Pontedeume es un pueblo histórico, un enclave para pasearlo tanto junto al mar como en sus callejuelas de piedra; pasearlo es un placer, aunque sus cuestas les resultarán inolvidables a tus gemelos... y te encantarán también sus pequeñas tiendas tanto de moda como de complementos, regalos y souvenirs... (cuentan que hay quien renueva cada verano su paraguas en Pontedeume). Además es aquí donde tendrás que dirigirte si quieres adentrarte en las Fragas del Eume, algo que te recomendamos encarecidamente; si eliges un día de sol y calor te encantará sentir la humedad y la frescura del río y de las fragas (esos árboles inmensamente altos y frondosos que apenas dejan pasar los rayos de sol); la ruta por las fragas hasta el monasterio del Caaveiro es suave, apta para todos los caminantes, por camino disfrutarás de los puentes colgantes sobre el río y al llegar al monasterio verás las fragas desde arriba y serpentear el Eume hasta el mar ¡todo un espectáculo!.
Ares
Ares es un pueblo pequeño y con mucho encanto, apenas alcanza los 3000 habitantes durante todo el año pero en verano triplica su población, cuenta con su puerto deportivo, con un largo paseo marítimo, una playa que es larga o corta en función de cómo esté la marea de alta o baja (pero eso no debe preocuparte porque justo al lado de la playa de Ares (puedes ir caminando) está la de Seselle que sí tiene un largo interesante para pasearla; estamos en una zona de ría, es más, Ares es en realidad una ensenada dentro de una ría, aquí el mar esta siempre en calma y es una playa ideal para disfrutarla con niños.
Pasado Ares puedes seguir rumbo a la ciudad de A Coruña, no sin antes hacer una parada en Sada, un pueblo que es hoy uno de los enclaves turísticos más importantes de la costa norte de Galicia pero Marineda y sus alrededores son ya otra ruta, una que te llevará hasta A Costa da Morte y de ahí a las Rías Baixas porque, como decíamos nada más empezar esta recomendación viajera, la costa gallega da para mucho más que una ruta de Rías Baixas y otra de Rías Altas.
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