Escapada invernal
5 pueblos perfectos para un fin de semana de turismo rural, de interior y de invierno
El turismo de interior está en plena temporada alta porque es ahora, en invierno, cuando nos escapamos a los pueblos de la llamada España Vaciada para vivir una experiencia de chimenea, naturaleza, historia y relax. La duda es ¿dónde vamos? te sugerimos 5 de los pueblos más bellos de España.
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Si eres de los que tiene alma viajera, y no dudamos que sea así, seguro que ni el frío te detiene ni mucho menos te quita las ganas de viajar, lo que sí hace es sugerirte destinos que en verano te resultarían menos apetecibles; una escapada de fin de semana en invierno suele pedirnos chimenea y nieve cuando no pistas de esquí, mucha tranquilidad, naturaleza y pueblos con mucho encanto.
Eso es precisamente lo que vamos a recomendarte hoy, 5 pueblos con mucho encanto para disfrutar un fin de semana de invierno.
Sigüenza
La ciudad de Sigüenza, reconocida como tal desde la Edad Media, es una de las poblaciones más bellas de la provincia de Guadalajara, de hecho desde los años 60 está considerada como Conjunto Histórico-Artístico; ¿visitas obligadas? pasea Sigüenza a placer y descubre la Catedral de Santa María en la que está la estatua yacente del doncel de Sigüenza, el castillo convertido hoy en Parador Nacional, la Casa del Doncel, la bellísima Plaza Mayor de estilo renacentista y un buen número de edificios religiosos e históricos más (la Iglesia Parroquial de San Vicente, la de Santiago Apostol, la de San Juan o la Parroquial de Santa María entre ellas). No te pierdas tampoco la Ermita del Humilladero porque allí está la Oficina de Turismo, primera visita recomendada para recopilar toda la información de la localidad y no perderte nada.
Ten en cuenta además que el 22 de enero celebran la fiesta del patrón de la ciudad: San Vicente Mártir.
Pedraza
Pedraza es una deliciosa villa medieval amurallada en Segovia perfectamente conservada y rehabilitada y considerada Conjunto Histórico desde los años 50. Pasear por Pedraza es como viajar en el tiempo y encontrarte en plena Edad Media desde el momento en el que cruzas la Puerta de la Villa, único acceso a la localidad; la cárcel y el castillo de Pedraza son las visitas que no debes dejar de hacer.
Tampoco olvides aprovechar tu escapada invernal a esta localidad segoviana para degustar lo mejor de la gastronomía de invierno de esta zona de España: el cochinillo o los judiones de la Granja.
Trujillo
Nos vamos a Cáceres para conocer el antiquísimo pueblo de Trujillo porque cuenta con un cojunto urbano que ha sido considerado Bien de Interés Cultural desde los años 60; no te pierdas su Plaza Mayor, rectangular y renacentista y con la estatua ecuestre de Pizarro en un lugar destacado, tampoco el castillo, que data del S.X ni el palacio de San Carlos y el de los Marqueses de la Conquista; también te encantará la Iglesia de Santa María la Mayor, la de San Martín de Tours y el Convento de Santa Clara que es hoy el Parador Nacional de Trujillo.
Ciudad Rodrigo
Ciudad Rodrigo está en la provincia de Salamanca y cuenta con un conjunto histórico-artístico excepcional reconocido desde los años 40 del siglo pasado, tanto que es hoy un bien de interés cultural; ¿qué visitar? ¡todo! desde las murallas del S.XII hasta la Catedral de Santa María, también del S.XII, pasando por el Palacio neogótico de la Marquesa de Cartago, la Iglesia de San Andrés, la de San Cristobal y el bello Ayuntamiento renacentista; el convento de San Agustín, el Hospital de la Pasión, la Casa de señorial de los Vázquez y el Palacio de los Águila son sólo algunos de los edificios históricos que descubrirás en Ciudad Rodrigo.
Albarracín
Este pueblo turolense es casi de visita obligada porque nadie duda que es el pueblo más bonito de España, es además Monumento Nacional desde el año 1961; su ubicación entre montañas es espectacular y en ella destacan las murallas medievales, el punto más alto del pueblo que está en la Torre del Andador que data del S.X, las ruinas de su alcázar y la Catedral del Salvador; también son interesantes los restos del acueducto romano, las casas que dan al acantilado y nos recuerdan a las casas colgantes de Cuenca y también las fachadas de balcones de madera.
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