Lo que tienes que ver en Córdoba antes de que sus patios florezcan y el calor se imponga

Córdoba es famosa hoy en día por sus patios llenos de flores en primavera y también por su feria pero, si bien es verdad que estos eventos atraen cada vez a más turistas, el interés histórico de la ciudad es inmenso más allá de estos eventos; hoy queremos recomendarte no solo que visites Córdoba sino que lo hagas antes que sus patios atraigan al turismo y sobre todo antes de que el calor apriete porque en Córdoba, cuando cae el verano, cae a plomo.

¿Cuáles son las visitas históricas que no puedes dejar de hacer en Córdoba? son principalmente dos y una de ellas, Medina Azahara, es especialmente recomendable fuera de las fechas de más calor del año. Pero empecemos por el lugar más famoso de la ciudad, su Mezquita Catedral.

Mezquita Catedral de Córdoba

Hay quien dice que visitar la Mezquita Catedral de Córdoba es más abrumador incluso que ver la Alhambra de Granada, no entraremos en esa disyuntiva pero sí diremos que verte en ese lugar magnífico que has visto año tras año en los libros de historia del colegio, impacta, abruma e incluso emociona porque el lugar es realmente espectacular, único en el mundo.

La Mezquita Catedral cordobesa es un lugar único en el mundo porque en el confluyen tanto el Gótico y el Barroco como el Renacimiento y lo Mudéjar; organiza tu visita con tiempo, piérde en el interior de este magnífico edificio, pasea su Patio de los Naranjos, a la entrada y las zonas reservadas al rezo en su interior, no te pierdas ni un detalle y, por supuesto, te recomendamos que optes además por una visita guiada para descubrir algunos de los secretos y curiosidades de este magnífico lugar.

Nosotros, para te hagas una idea de la magnificencia de esta Mezquita Catedral, te daremos sólo unos datos: comenzó a construirse en el año 786 sobre los restos de lo que era según algunos un complejo episcopal tardorromano y según otros los restos de una basísica visigótica; la comenzó a construir Adberramán I y Almanzor hizo su última ampliación como mezquita en el S.X, en 1236 la mezquita se convierte en Catedral bajo el mandato de Fernando III de Castilla y sufrirá varias transformaciones hasta su gran reforma del S.XVI que es la que nos deja la Mezquita Catedral que hoy conocemos ¿imaginas cuánto se conserva y cuánto se ha transformado? tendrás que viajar a Córdoba para descubrirlo.

Un tour guiado por la Mezquita Catedral de Córdoba te costará 26 euros, más información, aquí.

Medina Azahara

Se trata de un yacimiento arqueológico de gran interés histórico porque era aquí donde estaba la capital del Califato de Córdoba, a unos 8 kilómetros de la ciudad tal y como la conocemos hoy; fue una bella y lujosa ciudad hecha construir por Adberramán III pero su vida fue breve porque fue pasto de las guerras en 70 años; con todo, se conserva parte importante de lo que fue.

Entre todo lo conservado no debes olvidar visitar el Salón Rico como si fueses todo un mandatario extranjero porque era ahí donde eran recibidos; se conservan también la Casa Real, residencia del Califa, la Casa de Yafar, responsable de la construcción de la Mezquita de Córdoba en esa época, la Casa de la Alberca, que era la residencia del príncipe heredero, El Gran Pórtico, que es la entrada más emblemática a la ciudad, y la Casa Militar.

La entrada al complejo arqueológico de Medina Azahara es gratuita para los ciudadanos de la UE, la visita guiada, que es de unas tres horas de duración, te costará 26 euros. Más información en la web de Medina Azahara.

Decíamos que las visitas históricas esenciales son estas dos, la Mezquita Catedral y Medina Azahara pero lo cierto es que no son las únicas, de hecho Córdaba es una de las 15 ciudades españolas que ostenta el recnocimiento de Patrimonio de la Humanidad porque hay más que ver en la ciudad: el Alcázar de los Reyes Cristianos, el Puente Romano, la Judería, la Torre de Calahorra y por supuesto la Muralla y sus Puertas entre otras maravillas; para descubrirlas y disfrutarlas todas, tenlo claro, lo mejor es que visites Córdoba antes de que el calor del verano llegue y antes incluso de la que la primavera haga florecer sus patios.