PIRINEO CATALÁN
Salardú: un pueblo invernal de cuento en el Pirineo catalán
Está situado a tan solo 4 kilómetros de la estación de esquí de Baqueira Beret y es un destino perfecto para relajarse.
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Las grandes ciudades como Viena, Berlín o Londres pueden ser opciones perfectas para hacer una escapada de invierno. Son muchas las personas que las visitan en la temporada de frío, especialmente en Navidad. Y no nos extraña: tienen multitud de atractivos. Pero también es posible que lo que tú busques sea escapar del estrés del día a día, del caos que se forma en las calles de estas urbes y de la masificación. Pues bien, en ese caso apunta Salardú, un pueblo del Pirineo catalán que parece sacado de un cuento.
Para llegar hasta Salardú tendrás que viajar hasta el norte de Cataluña, concretamente hasta el Valle de Arán. Es allí donde se levanta este pequeño pueblo muy cercano al río Garona, con sus casas típicas de la zona y su manto de nieve blanco durante los meses de invierno.
Salardú se encuentra a tan solo 4 kilómetros de la estación de esquí de Baqueira Beret y por tanto, es un buen lugar en el que hacer noche si el objetivo de la escapada es deslizarse por las pistas. Pero más allá de eso, este pequeño pueblo de cerca de 600 habitantes es un destino perfecto para un viaje de relax invernal.
Dado que se encuentra a 1.268 metros sobre el nivel del mar, en medio de los Pirineos, es habitual que en los meses de frío nieve. Así, con ropa de abrigo para hacer frente a las bajas temperaturas, pasear por sus pocas calles con pendientes es toda una delicia. Esa es la mejor forma de descubrir el pueblo: callejeando por él mientras se admiran sus casas de piedra y tejados de pizarra negros.
A destacar de él, la iglesia de Sant Andreu, un edificio construido en la época de transición entre el románico tardío y el gótico que se encuentra en la zona más alta de la localidad. Quizá, en un primer momento, pueda parecer que se trata de una iglesia sin más. Pero lo cierto es que resulta bastante imponente debido a su alto campanario octogonal. Y no solo eso, sino que en su interior alberga una colección de pintura mural muy amplia catalogada como una de las que mejor se conservan en todo el valle de Arán.
Claro está, esta iglesia no es lo único que te encontrarás recorriendo Salardú. También puedes pasar por su plaza Mayor, situada en el casco antiguo, o la Mola de Salardú, un molino harinero que data del año 1613.
Para acabar, se debe destacar la naturaleza que rodea a Salardú. A su alrededor hay muchos lagos, además del río Garona y el río Unhola. También es una buena zona para hacer rutas de senderismo. Pero si está todo cubierto de nieve, siempre puedes optar por hacerlas sobre raquetas.
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