CASTELLÓN
Santuario de la Virgen de la Balma: la curiosa razón por la que se convirtió en un lugar de peregrinación
Viajamos hasta la provincia de Castellón para conocer la sorprendente historia que esconde el Santuario de la Virgen de la Balma.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo hasta el término municipal de Zorita del Maestrazgo, ubicado en la provincia de Castellón. Allí encontramos una de las construcciones más sorprendentes y espectaculares de la zona. Estamos hablando, como no podía ser de otra manera, del Santuario de la Virgen de la Balma.
Estamos ante un impresionante edificio religioso que está enclavado en la roca. Presenta un estilo renacentista y fue construido entre los siglos XVI y XVIII. Poco a poco y con el paso del tiempo, La Balma ha ido convirtiéndose en un reconocido centro de peregrinaciones, sobre todo si hablamos de los pueblos tanto de Castellón como de Teruel.
A principios del siglo XX, destacó por su culto a Santa María Magdalena. Por aquel entonces, iba un gran número de mujeres, especialmente de Aragón, con el objetivo de ser curadas de “estar endemoniadas”. Este centro de peregrinación comenzó a hacerse popular en el siglo XVIII para solicitar curaciones que, antiguamente, se pensaba que eran nada más y nada menos que posesiones demoníacas.
Desde 1979, el Santuario de la Virgen de la Balma es considerado Monumento Histórico Artístico. Pero, ¿de dónde viene el nombre ‘Balma’? Es importante destacar que es de origen céltico, y se utiliza para hacer referencia a una cueva. También puede estar relacionada con otras “balmas”, como es el caso de Sainte-Baume, es decir, la “Santa Cueva” ubicada cerca de la ciudad francesa de Marsella.
El Santuario de la Virgen de la Balma, a través de sus características
Debemos tener en cuenta que estamos ante un santuario con gruta, formado por hospedería, estación veraniega y, evidentemente, también una iglesia. El Santuario se conocía ya en el siglo XIV, mitad gruta y mitad edificio, situado en una balma y con un curioso campanario del siglo XVII. Junto a él se sitúa la Hospedería, edificada en el siglo XVI y perfectamente adaptada al terreno.
Llama poderosamente la atención que, nada más llegar al Santuario, nos topamos con la conocida como la Cruz Cubierta, una de las más emblemáticas de la Corona de Aragón. Cuenta con una impresionante cúpula sostenida por cuatro pechinas, y en cuyo interior encontramos unos espectaculares frescos de Cruella. Algo verdaderamente sorprendente.
No podemos dejar de mencionar la fachada del Santuario, que cuenta con unos balcones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Es más, su acceso está caracterizado por una larguísima escalinata que nos lleva a la hospedería. A ambos lados también encontramos las escaleras que conducen a la parte superior, donde encontramos la conocida como Sala de las Danzas.
Cabe destacar que desde la hospedería podemos acceder a la gruta y al mirador que, bordeando el cauce del río Bergantes, se convierte en el acceso perfecto para la ermita-cueva construida en 1667. Ésta presenta una nave de forma irregular y tiene una fachada elaborada en sillería y que cuenta con curiosas pilastras estriadas. ¡No deja absolutamente indiferente a nadie!
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