La Catedral de Cuenca y El Greco
El secreto mejor guardado de Cuenca
Cuando pensamos en el turismo de interior Cuenca aparece siempre como una de las ciudades de referencia por sus famosas casas colgadas y su Puente de Hierro, también por la Ciudad Encantada y las magníficas formaciones kársticas que ésta atesora pero si viajamos a Cuenca sólo con esos lugares emblemáticos en la cabeza, nos llevaremos una grata sorpresa porque Cuenca esconde un tesoro.
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El tesoro mejor guardado de Cuenca no es su Catedral, que si bien es interesante por la novedad que suponen las modernas vidrieras que luce y la vista del templo que se disfruta desde el triforio al que se puede acceder, no es de las más espectaculares de España, no tanto porque a la de Cuenca le falte belleza sino porque compite con algunas de las catedrales más espectaculares del mundo como son la de Santiago o la de Burgos, por no hablar de la Bella Desconocida que es la catedral de Palencia. Por descontado, tampoco es su Ciudad Encanta ni sus Casas Colgadas, cuya fama las precede...
Decíamos que no es la Catedral el tesoro mejor guardado de Cuenca pero sí está en ella, concretamente en su museo porque allí, para sorpresa e impresión de los visitantes, te encontrarás con un par de cuadros de El Greco delante de tus narices (dicho literalmente porque puedes acercarte a ellos y observarlos hasta en sus más pequeños detalles); se trata de dos de las versiones del imaginario cristiano más repetidas por El Greco, La Adoración en el Huerto y el Cristo con la Cruz a Cuestas.
Cuando visites el museo lo primero que debes tener en cuenta es que, por las particularidades de un edificio tan antiguo, no es accesible para personas que necesiten silla de ruedas y no es en absoluto fácil moverse por él para personas que tienen algún problema para caminar (escaleras, recovecos…) pero, salvado ese escollo, la sorpresa que te llevarás será mayúscula cuando te veas rodeado de magníficas piezas de orfebrería y oropeles varios y veas que tienes que cruzar una puerta de seguridad sintiéndote como si estuvieras entrando en la cámara acorazada de un banco ¿qué guardarán al otro lado? te preguntas…
Y cuando cruzas la puerta te encuentras con El Greco, una cita a ciegas que no lo será tanto si estás leyendo esta noticia porque ahora ya sabes que El Greco también te espera en Cuenca… Y no sólo El Greco, esta cámara acorazada protege además otras magníficas piezas, entre ellas espectaculares tapices y alfombras además de un imponente díptico bizantino; no se te ocurra visitar la Catedral y olvidar su museo si tienes esta ciudad castellana por destino, es más, ponte Cuenca por destino para visitar a El Greco.
Si visitas la Catedral durante el día, te recomendamos el uso de la audioguía, te llevará hasta el último rincón de este emblemático templo y te contará historias la más de interesantes develándote cuáles son los aspectos arquitectónicos más antiguos del edificio a los más modernos (te anticimpamos ya mismo que son algunos de éstos últimos son sus vidrieras); no olvides subir al triforio y descubrir la vista de la nave tan larga como es; también puedes optar por visitar la Catedral de noche pero, si te seduce esa idea, recuerda que por la noche el museo permanece cerrado y marcharte de Cuenca sin visitar el museo de su Catedral, es pecado...
Más información: Web Oficial de la Catedral de Cuenca
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