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Simancas ¿sabes cuál es la curiosa leyenda de su nombre?
Simancas es un precioso municipio de Valladolid a los pies del río Pisuerga. Es un lugar lleno de encanto e historia y con una curiosa leyenda de la que deriva su nombre.
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En tiempos de Abderramán II existía un tributo que llamaban de las doncellas, siete de ellas de Simancas, que cada año se entregaban a los caudillos árabes. Un año, en un valiente acto de rebeldía, las siete doncellas se cortaron la mano para evitar ser entregadas. El rey Ramiro dijo una frase que quedaría en el imaginario popular: “Si mancas me las dais, mancas no las quiero” y de ahí derivaría el nombre de Simancas.
Leyendas aparte, Simancas ha sido uno de los enclaves históricos fundamentales. Fue territorio romano, árabe y, hasta el siglo XII, la ciudad vallisoletana más importante junto a Cabezón. Tal era su relevancia que Felipe II ordenó crear un archivo único para Castilla que albergara toda la información del Reino en esta localidad. Vamos a comenzar la visita en este emblemático monumento.
El Archivo General de Simancas, en el Castillo de Simancas
El castillo es una fortaleza construida en el siglo XV por la familia Enríquez que terminó pasando a los Reyes Católicos. El muro que lo rodea y las almenas, así como el foso, son de la época medieval y la capilla es del siglo XV. Originariamente era una prisión y un depósito de armas y con Carlos I pasó a convertirse en el archivo más importante de toda Castilla. En su interior tiene uno de los archivos más notables de Europa, con más de 35 millones de documentos. Parte de él es visitable y ofrece también visitas guiadas en grupo.
El Puente de Piedra
Es un puente de origen medieval formado por, nada más y nada menos, que 17 arcos y es una de sus construcciones más antiguas y mejor conservadas. Se encuentra en el Camino de Santiago y es el último puente que podemos contemplar antes de que el Pisuerga desemboque en el Duero.
La Iglesia de San Salvador
Esta construcción data del siglo XVI y es de estilo gótico tardío con alguna influencia renacentista y conserva la torre de otro edificio anterior de estilo románico. Además de su interés arquitectónico, guarda en su interior dos tesoros: el retablo mayor de Alonso Berruguete -de estilo plateresco- y una escultura de Francisco Maza.
El Casco Histórico
Sería imperdonable no callejear por el centro de Simancas. Todo el centro está considerado Conjunto Histórico Artístico por la belleza de sus intrincadas y estrechas calles y las fachadas de sus edificaciones. La fachada del Ayuntamiento es de estilo neoclásico, del siglo XVIII, y la fachada del hospital de estilo renacentista, del siglo XVI.
Y, por supuesto, es necesario darse un paseo por los alrededores ya que la localidad se encuentra en un alto natural que domina una de las vegas más bonitas de la provincia y la vista del río Pisuerga es impresionante.
Ven a conocer Simancas: no te arrepentirás porque es un pueblo de leyenda.
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