El tesoro del Sacromonte: los detalles de una historia que no te dejará indiferente

No es ningún secreto que el Sacromonte guarda muchísimas historias pero hay una que, desde luego, no deja indiferente a nadie. Para descubrirla debemos remontarnos a la Guerra de Granada (1482-1492) cuando el Reino Nazarí cayó en manos de los Reyes Católicos.

Esta situación provocó que diversos nobles árabes escondieran sus pertenencias nada más y nada menos que en el Monte de Valparaíso. En esta colina podemos encontrar, actualmente, el barrio del Sacromonte. Los tesoros que fueron escondidos fueron buscados por un gran número de esclavos que fueron liberados tras esta guerra.

Las lenguas cuentan que, aunque no llegaron a encontrar nada, sí que les sirvió de refugio convirtiéndose en los fundadores, al parecer, de las cuevas del Sacromonte. Lo que es un hecho es que en este lugar encontramos una espectacular Abadía, considerada uno de los vértices de ese triángulo que forma junto a la Catedral y la Alhambra de Granada. Son tres elementos fundamentales para conocer la historia de la ciudad.

El origen de esta edificación se remonta al siglo XVI, cuando Don Pedro de Castro ordenó su construcción tras el descubrimiento de una serie de láminas de plomo (libros plúmbeos). Según decía, provenían nada más y nada menos que del siglo I y, además, informaban del martirio tanto de San Cecilio, como de San Tesifón y San Hiscio.

Lo que es un hecho es que este lugar tiene un valor absolutamente incalculable, en todos los sentidos. Una de las grandes joyas es el retrato, realizad por Francisco de Goya, de Francisco Saavedra. A pesar de todo, el mayor tesoro de la Abadía del Sacromonte es su archivo y biblioteca que, de manera milagrosa, se libró del terrible incendio de finales del siglo XIX.

Si hablamos del archivo documental, podemos encontrar desde las cartas de Pizarro hasta una colección de la historia de Granada, así como la bula funcional de la Abadía. Por si fuera poco, podemos encontrarnos una iglesia dedicada a la Asunción de María, que data del siglo XVII. Junto a esto encontramos el Colegio Viejo, el Colegio Nuevo así como las Santas Cuevas.

Lo que es un hecho es que si decides visitar este lugar, que recomendamos encarecidamente hacerlo, sentirás que el tiempo se ha parado por un instante y que, de una manera u otra, formas parte de la historia de Granada. Aunque todavía nadie ha conseguido hacerse con ese Tesoro del Sacromonte, lo que es un hecho es que actualmente podemos disfrutar de otros tantos “tesoros” que cuentan con un valor material e inmaterial verdaderamente incalculable.