ARAGÓN
¿Y si en tu visita a Zaragoza te paras en Calatayud?
¿Quién no conoce la letra de esta canción? Si vas a Calatayud pregunta por la Dolores que una copla la mató de vergüenza y sinsabores…
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Di que te lo digo yo, la hija de la Dolores. Esta canción puso a Calatayud en el mapa nacional e internacional, tanto es así que hasta la Orquesta y Coros del Ejército Ruso la llevaba en su repertorio internacional.
Pero Calatayud tiene un patrimonio tan interesante que harían falta muchas canciones para describirlo en su totalidad. Vamos a hacer una visita a esta hermosa localidad zaragozana aprovechando estas fiestas del Pilar.
Los romanos fundaron Bílbilis -de aquí proviene el gentilicio de los nacidos en Calatayud, son bilbilitanos- y aún se conservan restos de esta época. Pero también es una de las zonas en las que el mudéjar alcanza su máxima expresión: el castillo de Ayub y el barrio de la morería son prueba de ello. Vamos a recorrer Calatayud paso a paso deteniéndonos en alguno de sus monumentos.
El Castillo de Ayub es parte de una fortaleza de origen musulmán, construida en el siglo IX y cuyo nombre original era Qalat Ayub, del que se ha derivado el nombre de Calatayud. En origen la ciudad estaba fortificada y rodeada por cinco castillos de los cuales éste es el que se ha conservado mejor.
La Colegiata de Santa María de Calatayud, con su claustro mudéjar y su torre de planta octogonal, está considerada una de las obras más importantes del arte mudéjar aragonés y fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2001. Se cree que fue construida en los terrenos en los que se levantaba una antigua mezquita y de su construcción original se conserva el claustro, la torre -con una altura superior a los 70 metros- y el ábside. En el siglo XVI se le añade la magnífica portada de alabastro, y las obras realizadas en los siglos XVII y XVIII le dan su fisonomía actual; posiblemente tenían el propósito de elevarla a catedral. En esta Colegiata se combinan los elementos mudéjares, los renacentistas y los barrocos; a través de ella se puede hacer un recorrido por la historia de España.
La iglesia de San Juan el Real es otra visita obligatoria, es una iglesia de estilo barroco y fue construida entre los siglos XVII y XVIII. Entre sus muros guarda obras de gran interés artístico; pero sobre todo hay que contemplar los óleos que cubren las cuatro pechinas de la cúpula central y las puertas de un armario para reliquias que fueron pintados por Francisco de Goya en su juventud. Estas pinturas son las obras más tempranas que se conservan del famoso pintor aragonés.
Es imprescindible pasear por sus calles: el barrio de la morería, la antigua judería y acercarte a la Plaza de España.
Hay que conocer la Hospedería del Mesón de la Dolores y el museo donde se conservan obras inspiradas en este famoso personaje; podremos encontrar objetos utilizados en las películas, zarzuelas y obras teatrales que se basaban en la vida de esta bella mujer.
Y en el verano tienes que volver a Calatayud ya que se celebran Las Alfonsadas; son unas fiestas en las que se disfruta de la recreación festiva-cultural del pasado medieval de la ciudad y la Reconquista cristiana por el rey Alfonso I “El Batallador”. Los bilbilitanos y sus calles se vuelven medievales y en todos los rincones se celebran escenografías, representaciones teatrales, mercados y torneos medievales.
Si vas a Calatayud no solo preguntarás por la Dolores, preguntarás por todos los rincones que estarás ansioso de visitar.
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