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En el corazón de Europa

Los castillos mágicos de la Selva Negra alemana

La naturaleza es el atractivo principal de la Selva Negra alemana, pero sus castillos no se quedan atrás. Como sacados de un cuento de hadas clásico, nos trasladan a otro tiempo y a otro mundo, un mundo mágico. ¡No pierdas la oportunidad de visitarlos!

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Perderse entre los infinitos abetos que forman la Selva Negra alemana, contemplar sus lagos y disfrutar de la tranquilidad que emanan y visitar sus ciudades, recorrer sus callejuelas y empaparse de su cultura es un verdadero placer solo al alcance de quien se atreve a adentrarse en esta región de Alemania. Aquellos que se olvidan de las grandes ciudades por un día, tienen la oportunidad de conocer lo más profundo del país, sus tradiciones más ancestrales y sus tesoros más ricos.

Uno de los recuerdos que mejor conservamos de nuestra infancia es la imagen de todos esos cuentos que nos leían, en los que príncipes y princesas luchaban para que el bien triunfara y regresaban más tarde a su precioso castillo. Unos lugares de ensueño que muchas veces creíamos imposibles, nos costaba imaginar que algo tan bello pudiera existir en un mundo sin magia.

Un imposible que se transforma en realidad cuando viajas hasta la Selva Negra y conoces sus pueblos. Allí la magia se respira, los castillos de nuestros cuentos han salido de las páginas y se han instalado en lo más alto de las colinas y las historias que cuentan los vecinos son casi tan impresionantes como las que en su día nos narraban antes de dormir. Si bien todos y cada uno de los castillos de esta región alemana son una verdadera obra de arte, estos 4 se llevan la palma por ser los más impresionantes que encontrarás en tu camino.

Castillo de Hohenzollern

Si el castillo en sí es sobrecogedor, el lugar en el que está ubicado no se queda atrás. Justo en lo alto del monte Hohenzollern podemos encontrar esta preciosa edificación que, si bien ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo del tiempo y ha llegado a ser incluso destruida, conserva la esencia de lo vivido siglos atrás.

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El castillo tal y como se conoce ahora fue edificado por Federico Guillermo IV de Prusia entre los años 1846 y 1867, bebiendo de la arquitectura neogótica y con grandes influencias de los castillos del Loira. En él podrás encontrar una gran cantidad de tesoros históricos como la corona de Guillermo II, además de una de las estampas más bonitas que tu mirada podrá contemplar. Te sentirás parte de uno de esos cuentos de los que hablábamos.

Castillo de Lichtenstein

Otro castillo neogótico que atrapará tu corazón. No tiene absolutamente nada que ver con el anterior y es que en la Selva Negra no verás dos edificaciones de esta tipología que sean iguales. Pese a que compartan rasgos, cada uno tiene su estructura y su toque especial y eso es lo que los hace únicos. En este caso estamos ante un castillo que también fue construido sobre los restos de otra edificación, una fortificación medieval, y que se construyó prácticamente en la misma época que el de Hohenzollern, entre los años 1839 y 1842.

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Si antes hablábamos de que el castillo parecía sacado de un cuento, en esta ocasión es una realidad. La propiedad llegó a manos del Conde de Wurtemberg, quien sentía cierta admiración hacia una novela titulada curiosamente Lichtenstein. Fue esta obra literaria la que le animó a encargar el diseño y la construcción del castillo a Carl Alexander. No pierdas la oportunidad de visitarlo: se encuentra en los montes Suabos y en una localización de vértigo.

Castillo de Hohenbaden

Este tipo de obras arquitectónicas no siempre consiguen sobrevivir al paso de los años, ya sea por condiciones climatológicas, por falta de cuidado o por la crueldad del hombre en algunas ocasiones. Sin embargo, el hecho de que no se encuentren en perfecto estado no les resta valor, ni mucho menos. Esto ocurre con el Castillo de Hohenbaden, situado en la ciudad de Baden-Baden.

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Si bien a simple vista no disfruta de una ‘salud’ como la del primero que hemos mencionado, sus muros te transmitirán todo lo que han vivido y han presenciado siglo tras siglo. De nuevo, el hecho de que se mezcle con el paisaje, con la vegetación, nos regala una imagen única y lo convierte -aún más si cabe- en una obra de arte.

Castillo de Heidelberg

Este precioso castillo o palacio es una especie de bonus track situado en Heidelberg. Si eres un amante de este tipo de edificaciones, de la vegetación de esta zona de Alemania y de la combinación de ambas, no puedes perdértelo. Se encuentra situado en medio de la montaña y la manera de llegar a él es un funicular que lo conecta con la ciudad.

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Sólo con ese dato ya podrás imaginarte lo impresionante de las vistas. Al igual que ocurría con el anterior, algunas zonas no se encuentran en muy buen estado, pero la imagen que nos ofrece es tan bonita y tan mágica que merece la pena visitarlo. Encontrarte con una edificación de estas características en el medio de la nada es una experiencia difícil de expresar con palabras. Por otra parte, la capilla, por ejemplo, se mantiene perfecta y en ella se celebran decenas de enlaces matrimoniales al año.

Como ves, a todas las razones que ya teníamos para visitar la Selva Negra alemana se le suman estos castillos que te dejarán sin aliento y que harán que te olvides por completo del resto del mundo, de todo lo que ocurre a tu alrededor. ¿A qué esperas?

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