Del cielo a las profundidades del océano

Burj Khalifa se erige en Dubái con sus 828 metros como el edificio más alto del mundo. Pero también como un complejo de un kilómetro cuadrado en el corazón de la ciudad, que es también el proyecto más prestigioso y emblemático que se conoce, con centros comerciales, residenciales, hoteleros, de entretenimiento, y de ocio, en espacios verdes abiertos con lagos y otros elementos de agua.

Hay mucho que ver y mucho que hacer aquí. Y desde luego, lo que más puede apetecer una vez aquí, es sin duda, subir a lo más alto, algo no apto para todos los bolsillos. No por nada, sino porque solo podríamos, alojándonos en el hotel de lujo del edificio, a precio de millonario. Aun así, sí que es posible y para todos, subir a los niveles 124 y 125, donde se ubican las plataformas de observación del edificio.

Y desde luego, merece la pena. Porque en primer lugar, subir nos permite experimentar una subida en los ascensores de doble cubierta más rápidos del mundo, en los que vamos a viajar a la friolera velocidad de 10 metros por segundo. Un trayecto en el que te entretienen además con una presentación multimedia que narra la exótica historia de Dubái y el desarrollo del Burj Khalifa.

Y una vez arriba, ver la ciudad a vista de pájaro es simplemente espectacular. Tras la subida de 450 metros hasta el mirador At the Top en el ascensor de alta velocidad, te esperan unas vistas panorámicas impresionantes de 360 grados de la ciudad, el desierto y el océano. Y también podrás caminar por el perímetro, bordeado por una pared completa de cristal, o salir a la terraza al aire libre, en la que unos telescopios digitales especiales muestran un viaje virtual en el tiempo con vistas en tiempo real del pasado y el futuro.

A 456 metros de altura, en el piso 125 vas a poder disfrutar de una amplia terraza decorada al estilo árabe mashrabiya desde la que las vistas son simplemente impresionantes. 360 grados para ver todo Dubái.

Y hay más, porque también puedes optar por ir todavía más arriba, a 555 metros de altura, donde hay otra cubierta de observación, y esta sí que es una de las más altas del mundo.

En el piso 148 del Burj Khalifa, en donde disfrutaras además de un salón a medida en el que sirven refrescos de cortesía, y de una serie de experiencias interactivas que te permitirán explorar los monumentos más famosos de Dubái utilizando los sentidos del movimiento, y todo además con las increíbles vistas panorámicas de 360 grados.

Las visitas son guiadas e incluyen acceso rápido. Y una vez de vuelta a la tierra, puedes continuar el viaje hasta las profundidades del océano. Porque en la parte de abajo del edificio se ubican el Acuario de Dubái y un Zoo Subacuático, con más de 485 especies. Pasamos del cielo a lo más profundo del océano, pura excentricidad.

En Dubái todo es posible, desde contemplar y disfrutar del edificio más alto del mundo, a esquiar por una ladera cubierta de nieve en mitad del desierto, saltar en caída libre sobre una isla artificial, nadar entre tiburones dentro del mayor centro comercial del mundo, sumergirnos en el pasado en zocos de otro tiempo o dejarnos acariciar por la brisa del mar a bordo de una embarcación dhow tradicional, todo en un mismo viaje.

Pero un viaje al emirato pasa por el mirador del Burj Khalifa. Más información: Burj Khalifa

Ninguna visita a Dubái sin subir a la planta superior del edificio más alto del mundo.

También te puede interesar

Escala por un edificio a 270 metros de altura

Sky Costanera, vistas de infarto desde el mirador más alto de Sudamérica