INVIERNO
Estos son algunos de los pueblos nevados más bonitos de Europa
Todavía estás a tiempo de disfrutar de un magnífico viaje de invierno.
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Si eres de los amantes de los deportes de invierno seguro que no necesitas que nadie te anime a escaparte a la montaña mientras las estaciones de esquí están abiertas pero lo cierto es que, tanto si te gusta esquiar como si no es así, pasar unos días en un pueblo nevado es una experiencia tan fría como deliciosa, eso sí, debes elegir bien el destino, a continuación tienes diez pueblos de Europa que, cuando nieva, nos regalan bellas estampas, los hay para todos los gustos, algunos de los más animados de Europa en invierno y otros para los amantes de la tranquilidad de los pequeños pueblos.
Hallstat
Empezamos con Hallstat, cuya imagen invernal nos sirve además para abrir esta noticia, porque este pueblo de los Alpes austríacos pasa por ser uno de los más bellos del mundo, en invierno y con nieve también; es un pueblo pequeño, no llega a los 1000 habitantes, al que se llega fácilmente tanto desde Viena como desde Salzburgo pero ten en cuenta que es también uno de los lugares más visitados del mundo porque, además, está considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad; su historia es milenaria y quien lo visita una vez siempre quiere volver.
Alesund
Nos vamos a Noruega porque allí está Alesund, un pueblo que es más bien una ciudad pero cuyo encanto cuando nieva es tal que no podíamos resistirnos a incluirlo en nuestra lista; lo que más te sorprenderá de esta localidad de menos de 50.000 habitantes es el estilo Art Nouveau que predomina en su arquitectura ¿la razón? La ciudad sufrió un incencio terrible a principios del siglo pasado y fue después reconstruida en este estilo arquitectónico.
Bled
Bled es una de las localidades más populares de Eslovenia, sino la que más; es famosa por su castillo en el acantilado con vistas al lago, un lago en cuyo centro se conserva una iglesia. La imagen de este pueblo es de postal pero cuando nieva... te encantará llenar tu instagram con tantas fotos alcances a realizar.
Chamonix
Chamonix, a los pies del Mont Blanc, es uno de esos pueblos de Francia que ningún amante de los deportes de invierno desconoce, es un paraíso en Los Alpes que, desde que fue el lugar de celebración de los Juegos Olímpicos de 1924, no ha hecho más que ganar adeptos. ¿Una curiosidad de este lugar? Fue donde Mary Shelley hizo que el doctor Frankensteis se encontrara con su monstruo...
Châtel
Châtel es otro de esos lugares franceses a los que los amantes de los deportes de invierno siempre ansían ir pero además se trata de un pueblo tradicional y familiar integrado en el territorio esquiable de Portes du Soleil.
Engadin St. Moritz
Engadina (Engadin en alemán) está en la cara sur de los Alpes suizos y es conocido como el salón de fiestas de los Alpes por su magnífico paisaje; aquí no solo podrás esquiar y disfrutar del paisaje, también moverte en tren, en trenes rojos de Rhätische Bahn a los alrededores de esta zona (el famoso parque nacional de la Baja Engadina)
Grindelwald
No, Grindelwald no es solo un malo mago de la saga de Harry Potter, es también uno d elos pueblos más bonitos de la región suiza de Berna; esta localidad es uno de los destinos más populares y cosmopolitas de Suiza y es que, además de su encanto y su belleza particular, está integrado en el centro de esquiar más grande de la región del Jungfrau.
Rothemburg ob der Tauber
Su centro medieval convierte a esta ciudad alemana (Rotemberugo) en una de las mayores atracciones turísticas de Alemania; es difícil no enamorarse de sus calles adoquinadas, sus plazas y casas terminadas en madera... pasa por ser el prototipo de ciudad clásica alemana.
Stramberk
De la localidad checa de Stramberk te encantará su castillo, una construcción que parece dominar la ciudad entera con su torre gótica de 40 metros de altura; claro que no es la única atracción de la ciudad, cuenta además con históricos edificios de madera. ¿Visitas en los alrededores de Stramberk? la cueva prehistórica de Sipka.
Castelmezzano
Terminamos nuestro paseo en la localidad italiana de Castelmezzano, un pueblo que parece nacer de la propia montaña o incluso haber sido esculpido en ella; tiene menos de 1000 habitantes y es el destino perfecto para los amantes de la paz y la tranquilidad del turismo rural.
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