¿Es excesiva la cantidad de personas que suben?
¿Qué ocurre en el Everest y cómo son los turistas que deciden llegar allí?
Los primeros exploradores que consiguieron llegar a la cima del Everest, el punto más alto de la tierra, lo hicieron en el año 1953. Hasta entonces, esta gran montaña era un lugar inhóspito y, por supuesto, nada concurrido. Sin embargo, todo ha cambiado en la actualidad ya que cada vez son más las personas que emprenden la aventura de conquistar la cima. Pero, ¿realmente están preparados? ¿Es excesiva la cantidad de personas que suben?
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El Everest se encuentra en la cordillera del Himalaya y es la montaña más grande de nuestro planeta. Sin embargo, cada vez parece más pequeña. Aunque la altura sigue siendo la misma, lo que antes era todo un reto, ahora parece un simple juego. Son muchas las personas que deciden embarcarse en esta aventura sin tener en cuenta todos los riesgos que esto implica y, por supuesto, sin una buena preparación. ¿Se ha convertido el Everest en un receptor del turismo de masas?
Desde hace años, el número de alpinistas ha ido aumentando considerablemente. Seguro que todos hemos visto ya esas fotos en las que aparecían más de 200 personas en fila india queriendo alcanzar la cima. También hemos visto fotos de toda la basura que se está acumulando como consecuencia de las subidas poco responsables con la naturaleza que tienen algunos de los alpinistas.
Subir a la cumbre del Everest se está convirtiendo en un tipo de turismo masivo para ricos. Cualquiera que tenga una capacidad económica de entre 30.000 a 140.000 euros puede permitírselo. Sin embargo, esto no asegura que todo vaya a salir de buena manera, ya que la llegada hasta la cima es muy complicada y requiere de una preparación previa bastante importante.
Muchos de los problemas en esta montaña surgen cuando los “turistas” (quizás podamos llamarlos ya así), rechazan las recomendaciones que sus guías les dan y tan solo piensan en la llegada a la meta. Algunos de los fallecidos se encontraron en vías que no suelen ser transitadas ni por los profesionales, ya que se pueden ver como atajos para llegar antes.
Las últimas fotografías que han salido acerca del atasco humano provocado en la ascensión no están relacionadas con las víctimas que haya podido haber, como los serpas han confirmado ya. El número de permisos para subir al monte ha ascendido considerablemente este año, pero esto no tiene nada que ver con los fallecidos. De hecho, los propios serpas han confirmado que algunos de los alpinistas a los que ellos acompañan muchas veces se niegan a aceptar sus consejos con tal de coronar la cima cuanto antes, en las condiciones que sean.
De cualquier manera, es importante concienciar a las personas que deciden emprender esa aventura: hacerlo de manera responsable con la naturaleza, sin abusar, estando preparados y, por supuesto, aceptando los consejos que los guías dan.
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