Playa de Bolonia
¿Por qué todo el mundo desea visitar la playa de Bolonia?
Bolonia es una de las pocas playas vírgenes que podemos encontrar en el sur peninsular. La ausencia de grandes núcleos urbanos n sus cercanías ha contribuido a su preservación tal y como la conocemos.
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Comenzaremos hablando del entorno natural tan especial en el que haya esta playa de más de tres kilómetros de extensión, ya que está limitada por la punta Camarinal (oeste) y al este por punta Paloma. En el interior la playa está escoltada por la sierra de La Plata, la sierra de la Higuera, y la loma de San Bartolomé. Todos estos accidentes geográficos han propiciado las condiciones adecuadas para que la playa continúe siendo virgen, a pesar de la, cada vez mayor, cantidad de gente que la visita.
A esta ecuación le añadimos las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia, que se encuentran en esta playa y en excelente estado de conservación. El origen de la ciudad romana está en un asentamiento fenicio. Baelo Claudia Tuvo gran importancia como puerto marítimo, pues era el nexo de unión con África, aunque lo que realmente le proporcionaba a la ciudad su principal actividad económica era la almadraba. Recordemos que toda esta zona es célebre por el atún tan rico que se pesca mediante esta forma tradicional de almadraba.
En el año 1917 un arqueólogo francés descubrió las ruinas de Baelo Claudia. En la actualidad podemos visitar tanto las ruinas como el centro de visitantes y el museo de forma gratuita. Así que podemos aprovechar nuestro día de playa conocer un poco más la historia de la región de Cádiz.
Otra de las cosas que vuelve loca a la gente es la Duna de Bolonia, que fue declarada Monumento Natural en 2001 y está situada en la parte oeste de la playa. Estamos ante una gran acumulación de arena formada por los vientos de levante al colisionar con el final de la ensenada. En esta ubicación además de esta imponente duna encontramos abundante vegetación de pino y sotobosque, la cual frena la arena, favoreciendo la formación de la duna, de más de 30 metros de altura y más de 200 metros tierra adentro, en una anchura de unos 500 metros.
Pero además de todo esto, es una playa muy familiar y que gracias a su extensión kilométrica permite el disfrute de diversos públicos. Hay una parte destinada al baño normal, con prendas de baño, y otra para los naturalistas, es decir, aquellas personas que prefieren disfrutar de la naturaleza y la belleza de la playa sin ningún tipo de prenda textil.
Si a todas estas razones le sumamos la belleza espectacular de la playa, la calma que nos ofrece estar sobre su arena y los refrescantes baños que propicia, entenderemos por qué todo el mundo que visita la provincia de Cádiz quiere ir a Bolonia.
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