Viajestic » Espectacular

LA INCREÍBLE RESERVA DE LA BIOSFERA DE DANA

Aventura en una de las joyas más remotas de Jordania

Cañones, desiertos, vida silvestre, acantilados, riscos y montañas. Un crisol en el que se encuentra la mayor diversidad biológica del país.

Publicidad

La Reserva de Dana tiene unos 320 kilómetros cuadrados que se extienden entre la meseta de Quadesiyya, a 1.500 metros de altitud, y el desierto del Aravá. Se trata de un valle que comienza en la localidad de Dana y que acaba en el wadi, o cañón, que une el mar Muerto y el mar Rojo.

Un valle, abierto al Mediterráneo, en el que se encuentran representadas las cuatro zonas biogeográficas que existen en Jordania, la mediterránea, la saharo-arabiana, la irano-turaniana y la sudanesa. Dana es realmente un crisol, el lugar en el que encontramos la mayor diversidad biológica de todo el país. Y es que esta zona es un punto de encuentro de especies de Europa, África y Asia. De las abrasadoras dunas de arena en el oeste a las frescas cimas de las montañas en el este, la Reserva de la Biosfera de Dana es el hogar de una gran variedad de vida silvestre.

Muchos de los animales y plantas de la Reserva de la Biosfera de Dana son realmente raros. Hasta un total de 700 especies de plantas y 449 especies de animales han sido registrados, algunos de ellos en peligro de extinción, incluyendo el gato de arena, el Lobo sirio, el cernícalo primilla y el lagarto de cola espinosa.

En la cabecera del valle se encuentra el pueblo de Dana, punto de partida de cualquier aventura, a medio camino entre las ciudades de Tafila y Shawbak.

La zona del pueblo de Dana, con vistas al pintoresco Wadi Dana, ha sido ocupada desde aproximadamente hace unos 4.000 años aC. Los restos arqueológicos encontrados nos hablan de comunidades del Paleolítico, egipcios, nabateos y romanos atraídos por el suelo fértil, las fuentes de agua, y su ubicación estratégica. Hoy en día, Dana está habitado en su mayoría por los clanes de la tribu "Al Ata'ata", asentada en la época otomana, hace unos cuatrocientos años.

Un entorno como este ofrece una amplia gama de actividades de aventura y relax. Si eres un amante de la vida al aire libre, te gustan el senderismo o el trekking, puedes adéntrate en esta bella y remota reserva para explorar alguno de los muchos cañones y caminos que esconde. Puedes hacerlo a tu aire utilizando los senderos más cortos, o si tu idea es hacer excursiones más largas, lo mejor es contratar guías beduinos locales, especialmente si quieres realizar descenso de cañones, o perderte con una mountain bike.

Las actividades del alojamiento de la Reserva de la Biosfera de Dana incluyen tours por la aldea otomana en la propia reserva, una espectacular ruta de senderismo a través de toda la reserva hasta el lodge Feynan Ecolodge, visitas a las tumbas nabateas o momentos de relajación en la terrazas privadas de las habitaciones colgadas sobre los acantilados y rodeadas de las maravillosas vistas de la pensión de Dana en la reserva.

Desde la zona del camping Rummana Campsite se puede hacer senderismo, disfrutar de preciosas vistas y observar a las aves. También desde este punto puedes realizar una caminata hasta un pozo romano de 5 kilómetros hasta la aldea de la reserva de la Biosfera de Dana que incluye escalada de rocas. Para esta última es imprescindible estar en buena forma física.

Desde Feynan Ecolodge, puedes hacer senderismo o mountain bike por cualquiera de las muchas rutas con diferentes dificultades y duraciones, de entre 2 horas a todo el día. Y las actividades de descenso de cañones incluyen el traslado hasta el espectacular y estrecho cañón de Wadi Ghwayr. Además si te alojas en este ecolodge, puedes descubrir algunos tesoros arqueológicos como las antiguas minas de cobre, ver iglesias bizantinas, aldeas neolíticas e incluso un acueducto romano. Y después de un intenso día explorando, descansar a la luz de las velas o mirar las estrellas desde la terraza de la azotea.

Reserva de la Biosfera de Dana

Feynan Ecolodge

Publicidad