Un viaje a Tierra Santa

Si, también Jordania es Tierra Santa. No en vano 34 enclaves bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento se encuentran en territorio jordano. Porque en esta tierra Moisés divisó desde el Monte Nebo, la Tierra Prometida. En Betania fue bautizado Jesús , un lugar en el que también según la historia, el Mesías reunió a sus primeros discípulos. En Jordania, podemos explorar además la Carretera de los Reyes, por donde Moisés guio a su pueblo. Y acercarnos a otros enclaves bíblicos como la Cueva de Lot, Maqueronte y Umm Qays, entre otros. Sin duda, un increíble legado histórico y cultural que hace que visitar Jordania sea imprescindible, tanto si eres creyente, como si no. Jordania es un lugar de peregrinaje de la fe cristiana, a lo que hay que sumar paisajes asombrosos y monumentos espectaculares, algunos de los monumentos más espectaculares del mundo.

Empezaremos por ir hasta Mádaba, la famosa ciudad de los mosaicos, uno de los puntos de interés religioso imprescindibles en Jordania. A 45 minutos en coche desde Amán, la capital del Reino Hachemita, nos encontraremos con la iglesia ortodoxa de San Jorge, donde se encuentra el célebre mapa-mosaico de Jerusalén y Tierra Santa, un mapa que data del siglo VI.

En el suelo del templo, se emplearon dos millones de teselas de piedra local de vivos colores para escenificar las colinas, los valles y los pueblos del delta del Nilo. Además hay en la zona otros mosaicos de las culturas bizantina y omeya.

A tan solo 12, 5 kilómetros de Mádaba, se encuentra uno de los lugares santos más venerados de Jordania, el Monte Nebo, el lugar desde el cual Moisés divisó la Tierra Prometida, y donde se cree que fue enterrado. Imponente y mágico, en su punto más alto, alcanza los 800 metros sobre el nivel del mar, y desde esa altura uno puede contemplar la inmensidad del paisaje.

El valle del Jordán, el Mar Muerto, y al oeste, Belén, las cúpulas de Jerusalén y el oasis de Jericó. Simplemente espectacular.
No te puedes perder aquí tampoco el Memorial de Moisés, una basílica construida en el siglo IV donde también se pueden visitar seis tumbas de diferentes periodos, más el monumento de la serpiente enrocada en la cruz, que simboliza la serpiente de bronce que llevó a Moisés por el desierto más la cruz en la que Jesús murió crucificado.

Otro enclave bíblico imprescindible es Betania de Transjordania. Declarado en 2015 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este es un importante lugar para la peregrinación cristiana. En esta área se encuentra la cueva en la que, según cuentan algunos textos bizantinos, vivió Juan Bautista. 
Otros restos romanos y bizantinos se van a convertir en otro de los must por los que visitar Betania, una zona en la que se vienen realizando hallazgos arqueológicos en los últimos años como restos de un monasterio bizantino del siglo V y un edificio del siglo III que, de ser ciertas las hipótesis, sería el centro de oración cristiana más antiguo del mundo. Aquí sentirás como en ningún otro sitio el peso de la historia.

Y si quieres sentirte como Moisés cuando guió a su pueblo hacia el norte por el territorio de Edom, entonces debes descubrir el Camino de los Reyes, una carretera de más de 5.000 años de historia que transcurre de norte a sur, y que va desde Amán hasta Petra. Una importante ruta comercial en el pasado de 335 kilómetros que se han convertido en uno de los viajes por el patrimonio histórico y monumental de Jordania más importantes. Una ruta que no debes perderte y que pasa por enclaves arqueológicos que van desde monumentos prehistóricos de la Edad de Piedra a poblados bíblicos de los reinos de Ammon, Moab y Edom, hasta castillos de cruzados, templos nabateos, fortalezas romanas o antiguas ciudades islámicas. Imprescindible. Un recorrido en el que no faltan atracciones turísticas como Amán, Mádiba, Monte Nebo, Wadi Mujib, Jerash, Petra. Toma nota de esta ruta si quieres conocer lo mejor de Jordania.

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