"Desde pequeña, cuando iba a colegio, entrenaba de lunes a viernes 4 horas, sábados 8 horas y domingos 4 horas". Almudena aprovechó esa disciplina y lo que había aprendido de los aparatos de la gimnasia rítmica que la acompañaron durante toda su etapa olímpica para poder sanar y construir su presente sobre cimientos más sólidos.
"Todos los artistas cuando nos retiramos vivimos una especie de crisis de identidad"
En 'Caminar sin punteras' nos cuenta cómo, cuando su vida se vino abajo, pudo recurrir a su experiencia como deportista de élite para hacer frente al caos.
El apoyo de la familia
Además, este libro tiene el objetivo de ayudar a todas aquellas personas que estén pasando por lo mismo y no sepan cómo llevar las riendas de su vida de esa etapa. "Todos los artistas cuando nos retiramos, en mi caso es cuando colgué las punteras, vivimos una especie de crisis de identidad".
La ahora actriz cuenta en este libro cómo superar una crisis cuando se termina una etapa como la de gimnasta, o su herida más reciente, una ruptura. Almudena Cid es consciente de que a ella le ha ayudado esa disciplina que siempre la ha acompañado, pero también su familia, que ha sido su pilar fundamental a lo largo de su vida. "El alejarme fuera de casa, del beso de buenas noches de mis padres, yo creo que eso fue lo más duro".
Aparatos como lecciones
La artista compara la cinta de la gimnasia rítmica, un aparato en constante movimiento, con ella misma, que siempre ha sentido que tiene que continuar pase lo que pase. Como en uno de los Juegos Olímpicos en los que ha participado, con el menisco roto. O como ahora, que lo que se le ha roto es el corazón. Continuar en un momento de parálisis emocional ha sido, en ambos casos, su salvavidas.
De la cuerda aprendió que, aunque parezca un aparato incontrolable, se puede terminar dominando. Exactamente como ocurre con nuestras emociones. Con técnica puedes llegar a entenderlo y así saber gestionarlo mejor.
"Nunca puedes fijarte solo en el problema que estás sufriendo sino en todo lo bueno que te rodea"
Las mazas son un aparato que se lanzan al aire y se separan pero que "Si miras solo una pierdes la otra, igual que en la vida, nunca puedes fijarte solo en el problema que estás sufriendo sino en todo lo bueno que te rodea". Nos recuerda que siempre hay que intentar alejarse y ver todo con la perspectiva que requiere.
De la pelota destaca que es el único aparato que puedes adaptar a tu cuerpo porque tiene que ser como una prolongación de ti. Del mismo modo, tienes que adaptarte a las situaciones de la vida.
Y en cuanto al aro, "¿dicen que de los golpes se aprende, no?", se pregunta. "Sí, también aprendí del golpe en la nariz del aro que tenía que sacar antes la cabeza". Se llevó la lección de que el dolor no hay que eludirlo, sino atravesarlo, y después curarlo.