En Carabanchel Alto (no se confundan con el Bajo) nació uno de los niños más famosos del mundo mundial: Manuel García Moreno, más conocido en el barrio como Manolito Gafotas.
Elvira Lindo, la madre que lo parió hace ahora 30 años, habla en un vídeo difundido por la editorial Seix Barral de las críticas que recibió en su momento a su creación. Muchos creyeron que las historias de un niño normal que vive en un barrio normal y habla de apuros económicos no tendría mucho recorrido.
"En los años 90, cuando salió el libro, lo que era muy local se suponía que no podía traspasar fronteras". Además, el personaje principal no parecía muy para todos los públicos. "Tenía un sentido del humor escatológico... Yo me guiaba por una mente fantasiosa e infantil, así que iba a saco con eso".
Manolito no es como otros niños
"No era el típico libro, era la voz de un niño de clase obrera", recuerda. "Manolito habla de problemas económicos, de ascenso social, de lo difícil que es para su familia salir del lugar al que le han destinado". Unos temas que los niños no tienen por qué captar en una primera lectura. "Todas esas cosas se ven cuando ya tienes una edad. Cuando eres un niño lo lees de manera mucho más inocente".
"Yo creo que la literatura infantil tiene que hacer uso del sentido del humor y de la transgresión"
Y sin embargo, el libro fue un éxito. Y el apoyo, como recuerda Elvira Lindo, surgió en espacios poco habituales. "Entonces, ¿dónde sentí yo el primer reconocimiento? En los barrios, la gente se reconocía en los barrios". Gente que se veía representada por una voz infantil diferente. "Yo creo que la literatura infantil, más que ninguna, tiene que hacer uso del sentido del humor y de la transgresión", asegura la autora.
Antes que en papel, Manolito Gafotas existió en la radio, donde Elvira Lindo le ponía voz en sketches que ella misma escribía motu proprio. "Yo me fui creando mi propio oficio sin que me lo mandaran", cuenta.
Su éxito fue arrollador, no solo en España. Entre otros muchos países se ha editado en Francia, Reino Unido, Italia, Japón e incluso en Irán. Y su éxito se ha debido a un par de factores que apunta la propia autora: "El éxito de Manolito en otros países ha dependido del traductor o de que no lo machacara la corrección política".
Gracias a eso, niños de todo el mundo han conectado con este chaval torpe en casi todo, encantador en lo demás. Asegura seguir recibiendo cartas de niños de todo el planeta, lo que le lleva a concluir que su creación ha conectado con "cualquier niño que su situación le llevara a buscar un personaje imaginario que fuera como una especie de amigo".
Su relación a lo largo del tiempo
Como en toda relación, la de la autora y su criatura ha pasado por muchos momentos. Incluso llegaron a pedirse un poco de tiempo. "Lo he olvidado y he olvidado muchas cosas de los libros", asegura. "La gente que los ha leído los recuerda más que yo y con mucha más precisión".
"Yo me separé y me cansé de hablar del personaje. No tenía ni nostalgia ni ganas de hablar de él. Pero el leer cartas que me llegan todos los días... Que en Irán se sintieran identificados con el personaje, que en Japón lo utilizara la radio pública para enseñar español... eso me ha reconciliado con Manolito. Lo que hacen al escribirme es acercarme a mi propia creación".
Pero el amor de millones de lectores le ha hecho hacer las paces con su propia creación. "Hiciste algo que para otras personas está bien, relájate", se dice a sí misma entre risas.
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