Su primera novela, Estación Damasco, fue un éxito total. En ella, David McCloskey mostraba su visión del espionaje de Estados Unidos en Oriente Medio. Un texto que revolucionó el género de espías y por el que hubo quien le nombró digno sucesor de John LeCarré.
Ahora, la editorial Salamandra publica en España su segunda novela, Moscú X. La historia de una operación de la CIA destinada a sembrar el caos en el Kremlin, que involucra a abogados, espías y oligarcas rusos que han caído en desgracia al enfrentarse a Putin.
En Estados Unidos ya se ha publicado su tercera entrega, Séptimo piso. La búsqueda de un topo escondido en la séptima planta de la CIA, allí donde trabaja la cúpula. Charlamos con McCloskey en un hotel de Barcelona. Atiende a nuestras preguntas con atención y responde con vehemencia. Está claro que le gusta mucho el tema del que habla.
PREGUNTA: Esta es tan solo su segunda novela. ¿Ha asumido ya la presión de ser una de las voces más importantes del género de espías?
RESPUESTA. No, en absoluto. Me considero muy afortunado de poder estar escribiendo este género. Es uno de mis favoritos, el que más leía de niño. Siempre he interpretado el género de espías como una conversación entre los autores y los lectores. Participar en esta conversación ahora, desde el otro lado, también me parece muy bonito.
P. ¿Es más difícil llevar esta presión o trabajar en una estación de la CIA en Oriente Medio?
R. Creo que es más complicado trabajar en una estación de la CIA en Oriente Medio. Desde luego, son dos trabajos completamente distintos y dos responsabilidades que no tienen nada que ver. Es más divertido y da mucha más libertad lo que estoy haciendo ahora, porque cuando uno trabaja para la CIA, no está muy bien visto que se inventen cosas.
"Viendo lo que está ocurriendo en Ucrania y Europa, Trump y su equipo piensan que Rusia no es el enemigo. Pero en la CIA la opinión es otra"
P. En esta novela dejamos Oriente Medio, nos metemos de lleno en Rusia. ¿Es Moscú la clave del futuro político del planeta?
R. Estamos viendo el resurgir de Rusia con sus ambiciones neoimperialistas, una China cada vez más fuerte, que ha reforzado a lo largo de la última generación sus capacidades de defensa, y un Irán que está resurgiendo del caos. Por otro lado, tenemos a unos Estados Unidos que se miran más hacia sí mismos y no están ya tan interesados en participar de los asuntos internacionales. Así que sí, está cambiando muchísimo la cuestión geopolítica y Rusia es una de las claves principales.
P. En las primeras páginas del libro, un personaje clave, Artemis Proctor, dice que "Putin lleva 10 años jodiendo a la CIA y a Estados Unidos con total impunidad y lo único que hemos hecho hasta ahora es quedarnos mirando". ¿Cree que es una reflexión que se hace mucha gente en la CIA y en Estados Unidos?
R. Es algo polémico, pero creo que sí. Hay muchas personas, Trump y su equipo incluidas, que, viendo lo que está ocurriendo en Ucrania y Europa, piensan que Rusia no es el principal enemigo de Estados Unidos. Sin embargo, dentro de la CIA creo que la opinión predominante es otra. Creo que muchos consideran que no se ha hecho lo suficiente para contrarrestar a Rusia.
P. Después, la misma mujer, Artemis, repasa lo que ha hecho el servicio secreto ruso en los últimos años: unstigar insurgencias, cortar suministros de energía, envenenar a personas... ¿De todos estos crímenes hay pruebas?
R. La CIA y el FBI sí tienen pruebas de muchas de estas cosas. Por ejemplo, hay pruebas que relacionan los ataques con armas de energía dirigida que han sufrido muchas personas, empleados de la CIA y de nuestros servicios secretos en distintos lugares del mundo, con los servicios de inteligencia rusos.
"Rusia ha desarrollado armas que usan las radiaciones de microondas para atacar a personas e infraestructuras"
P. ¿En en qué consisten esos ataques con energía dirigida?
R. No es una información que conozca todo el mundo, pero parece que han desarrollado armas que usan las radiaciones de microondas para atacar a personas e infraestructuras. Incluso la usan también para derribar drones. Es una herramienta que emite radiaciones de microondas y las puede dirigir contra vehículos o contra viviendas, afectando al cerebro de quien esté dentro. Así han atacado a funcionarios de los Estados Unidos o a oficiales de la CIA.
P. Y como exanalista de la CIA, ¿qué más cosas sabe que Rusia esté en condiciones de llevar a cabo?
R. Los distintos ciberataques, las operaciones con ransomware (un ataque cibernético que encripta una base de datos hasta que se paga una suma de dinero), los ataques contra la red eléctrica de los Estados Unidos, los intentos de meterse en los sistemas operativos de centrales nucleares, envenenar perros, sabotear los depósitos de combustible...
Hay un montón de cosas que hacen que cualquier funcionario de la CIA o de los Estados Unidos que trabaja en Rusia le tenga mucho respeto y temor a los rusos. En el libro se describen algunos ejemplos reales. A uno que iba conduciendo le tiraron a una persona delante de su coche. Lo expulsaron acusado de asesinato por atropellar a una persona que pasaba por la calle.
"En Moscú han llegado a tirar a una persona delante del coche de un diplomático estadounidense y lo han expulsado del país por eso"
P. Teniendo en cuenta los giros que está dando la política internacional, ¿es la realidad el mayor enemigo del escritor?
R. Es una excelente pregunta. Cuando uno lee lo que está ocurriendo en estos momentos, es ya tan descabellado que parece que no haga falta mucho más. Por ejemplo, cuando mataron a toda la cúpula de Hezbolá haciendo explotar sus buscas, recuerdo haberle preguntado a mi editor si hubiera aceptado algo así en uno de mis libros. Y me dijo no, porque habría parecido una cosa completamente fuera de lugar, una locura.
Creo que la realidad puede ser un gran peligro para los escritores, porque si nos limitamos a escribir sobre lo que aparece en las noticias va a ser muy difícil poder crear una buena historia. Y si escribimos sobre la actualidad, a veces cuando publicas esas noticias han quedado ya completamente obsoletas y eso afecta de manera negativa a los libros.
Muchas veces lo que nos preguntamos es: ¿qué hubiera pasado si hubiera ocurrido tal cosa? Por ejemplo, en el cuarto libro que estoy escribiendo y que se publicará pronto en Estados Unidos yo me planteo qué hubiera ocurrido si fuera Irán quien hubiera asesinado a líderes del Mossad en Israel. La realidad es que el Mossad lleva quince años matando a líderes iraníes en Irán y al darle la vuelta a la tortilla consigo, a partir de un hecho real, poder construir una trama.
P ¿En Europa, estar tan cerca de Rusia debería preocuparnos? ¿Es Putin nuestro mayor problema o lo son los aranceles y la guerra comercial de Trump?
R. Creo que no se puede elegir una respuesta u otra. Creo que son ambas cosas a la vez. Si miramos un mapa de la Rusia imperial, veremos que era mucho más grande de lo que es en la actualidad Rusia. Yo considero que Putin y su entorno tienen unas ambiciones neoimperialistas muy claras y desean poder controlar muchas de las regiones de la Europa del Este que hoy en día no controlan. Por tanto, para los europeos Rusia es una amenaza.
Y, por otro lado, ¿hasta dónde llega el compromiso de los Estados Unidos para con Europa? Viendo lo que está ocurriendo con los aranceles, tanto para Europa como para España, debería considerarse que la situación constituye una verdadera amenaza.
P. ¿Qué podemos esperar de la política exterior de Trump?
R. Yo creo que lo que podemos esperar es que sea errática, imprevisible y que primará la idea de America First, de los Estados Unidos primero. Y eso significa que no se esforzará en garantizar la seguridad internacional como se ha hecho hasta ahora.
"En el mundo hay muchos paralelismos con la Segunda Guerra Mundial y son cuestiones que francamente dan mucho que pensar"
P. Una encuesta reciente dice que casi la mitad de los españoles teme una tercer guerra mundial. ¿Podría darnos un mensaje tranquilizador?
R. Tengo que empezar confesando que yo soy pesimista por naturaleza, y también diré que la historia no se repite, pero sí rima. En el mundo hay muchos paralelismos con los años 30 y son cuestiones que francamente dan mucho que pensar.
La expansión de Japón en la zona del Pacífico, la alemana por Europa y la de Italia en África acabaron convergiendo para dar pie a la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad estamos viendo el auge de China, las ambiciones imperialistas de Rusia, el dominio de Irán en Oriente Medio, y muchos de estos teatros de operaciones están empezando también a interrelacionarse, porque por ejemplo hay soldados de Corea del Norte luchando en Ucrania.
Además, en Europa y en Estados Unidos está en auge la extrema derecha, y eso también son cuestiones que nos recuerdan a los años 30. Y la guerra comercial también es otro factor que entró en juego en la Segunda Guerra Mundial. Así que efectivamente existen muchas cuestiones que podrían desencadenar un conflicto mundial, que obviamente sería completamente distinto de cómo fue la Segunda Guerra Mundial.
P. ¿Estamos realmente vigilados como nos dicen? ¿Algún consejo para que no lo sepan todo de nosotros?
R. Creo que la mayoría de nosotros hemos permitido que nos vigilen a través de las redes sociales y de las apps que tenemos en nuestros teléfonos móviles y que nos bajamos voluntariamente. Nos están vigilando constantemente, sí, y a lo largo de los últimos 20 años lo hemos aceptado de buen grado, en parte porque nos proporciona muchísimas ventajas, nos proporciona mucha seguridad, nos ofrece nuevas oportunidades económicas y nuestros datos están ahí y son usados constantemente.
Pero lo cierto es que toda esta información que nosotros hemos regalado se podrá en el futuro utilizar contra nosotros. Y esto es algo que en Occidente no tenemos nada claro de momento. En cambio, en Rusia, Irán y otros países es algo que la gente tiene muy presente.
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