Según la Organización Mundial de la Salud y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC en sus siglas en inglés), el consumo de alcohol está asociado a enfermedades hepáticas y cardíacas y al cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto, puede causar depresión y ansiedad y según la Dirección General de Tráfico (DGT) está presente entre el 30 y e 50 por ciento de los accidentes de tráfico.

La ciencia concluye que la única cantidad sana de alcohol que podemos ingerir es ninguna, cero, nada

La ciencia concluye que la única cantidad sana de alcohol que podemos ingerir es ninguna, cero, nada. Olvídate de aquello de que una copa de vino al día es bueno para la salud, es mentira.

Y con estas, hablar del consumo y de la regulación del alcohol siempre suscita encendidos debates. "Forma parte de nuestra cultura hasta el punto de que ahora, en verano, las fiestas populares giran todas en torno al alcohol", sentencia Jorge Matías, autor de Vinagre.

Memorias de un exalcohólico

Jorge Matías fue alcohólico hasta que, un día, una buena amiga se lo dijo claramente. Era el día de su cumpleaños, no eran ni las doce del mediodía y ya estaba borracho. Ella le llamó para felicitarlo.

— ¿Estás bebiendo? — preguntó.

— Sí. Estoy celebrando mi cumpleaños.

— ¿Y te parece normal?

— Bueno, es mi cumpleaños.

— Estás bebiendo por la mañana, tú, a solas, el día de tu cumpleaños. Y se te nota en la voz que estás medio borracho. ¿No te parece que tienes un problema?

"Lo primero que sentí fue mucha vergüenza", recuerda, "porque te está poniendo frente a un espejo".

"Lo primero que sentí cuando me di cuenta de que era alcohólico fue mucha vergüenza"

Él se bebió una cerveza más, pagó la cuenta y comenzó el camino de la desintoxicación. Una labor nada fácil en un país medalla de bronce mundial en consumo de alcohol. La edad media de entrada al alcohol está en menos de 14 años.

Según el Ministerio de Sanidad en un estudio del Plan Nacional de Drogas, en 2021 casi un tercio de los adolescentes se había bebido en el último mes cinco o más unidades de alcohol en menos de dos horas, lo que se conoce como "binge drinking", el atracón de bebida de toda la vida, un exceso que a esas edades les puede provocar un mal desarrollo del cerebro, afectar al sistema nervioso central y provocar problemas de memoria y aprendizaje.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el 20% de los hombres españoles bebe todos los días.

Matías desarrolla en sus memorias cómo al dejar el alcohol rompió el vínculo que le unía a muchos de sus amigos. "Entre hombres heterosexuales", analiza Matías, "lo normal no es decir que tienes un problema con el alcohol. Y entre mi grupo de amigos se bebía mucho, ¿quién te lo va a decir?".

Una cuestión de clase

Cuenta su experiencia en Vinagre, unas memorias con conciencia obrera, porque incluso en las adicciones hay clases. Vivió y desarrolló su adolescencia y juventud en en el Alcalá de Henares en los años 90, antes del boom inmobiliario que llevó a las periferias de Madrid a miles de personas, en un barrio obrero, de los de litronas, porros y charlas interminables subidos al respaldo del banco de un parque de arena del que de vez en cuando tenían que salir corriendo para no recibir una paliza de los grupos nazis que proliferaban por la zona.

La suya fue una de tantas adolescencias jodidas por el acoso escolar. Deseando desvincularse de sus acosadores se metió en FP (cuando allí acababan los que no "valían" para estudiar) y pronto a trabajar. Su historia de adicción al alcohol y desenganche podría ser la de tantos otros miles, pero nunca la que sale en los medios ni en las películas. Las historias que "mola" contar son las del tipo exitoso que baja al infierno y "resurge como el ave Fénix" o la del obrero que acaba mal y sirve de ejemplo de lo que no se quiere ser. Pocas veces se cuenta la historia del obrero que se recupera y ya, sin más, sigue su vida como antes. Ese fue uno de los orígenes de la idea de escribir estas memorias.

"Un obrero no se va a redimir hasta el punto de ser un tipo exitoso, así que mucha gente dirá 'para qué voy a dejar el alcohol si voy a seguir siendo un pringado'", bromea.

Y ahora qué

No era su intención, pero desde que se publicó ha hecho reflexionar a más de una persona de su entorno. Todos sus hermanos, menos uno, han dejado de beber y el único que todavía bebe ingiere muy poco. Y eso que a pesar de la dureza de su relato, no ha contado todo lo que podría porque "algunas cosas no parecerían reales" y otras "porque no han prescrito".