Hace un año que se publicó 'Lluvia fina', una obra que se ha colado en la listas de los mejores libros de 2019. Preguntado por el éxito de la novela, a Luis Landero, al otro lado del teléfono, le da la risa: "Esto son unos días, uno no va a estar disfrutando de su vanidad durante semanas enteras, no va a vivir uno de los halagos".
En 2017, Landero estaba inmerso en otro proyecto literario, hasta que leyó una noticia en un periódico: una persona había muerto y tres habían resultado heridas tras una reunión familiar. "Debió activar algo muy profundo dentro de mí, algo que estaba esperando a ser despertado. Y dije: aquí hay una novela".
Y así nacieron los personajes de una familia que, tras un tiempo distanciados, vuelven a encontrarse. Gabriel decide llamar a sus dos hermanas, Sonia y Andrea, para celebrar el 80 cumpleaños de su madre. Pero lo que debería ser una fiesta, acaba en un conflicto familiar por culpa de los viejos rencores del pasado, que vuelven para arrasar con el presente. Ya lo decía la madre: «La alegría trae mala suerte porque detrás de la alegría acecha siempre la desgracia».
Las heridas del pasado
"Esos reproches, esos agravios que han ido perdurando a través del tiempo... todo eso está al acecho, esperando a salir a la luz", explica el escritor.
Las heridas de la infancia que no han terminado de cicatrizar afloran y acaban por romper la estabilidad de la familia. De ahí viene precisamente el nombre de la novela, de esos reproches que caen como lluvia fina, "son como cositas menudas que no paran y terminan calando y convirtiéndose en torrente".
"No hay una realidad absoluta, la construimos entre todos"
El problema viene, además, cuando esos recuerdos regresan desfigurados por el paso del tiempo. Cada personaje presenta una versión diferente de los hechos y las historias se acaban entrelazando hasta coser una telaraña de medias verdades.
"No hay una realidad absoluta", afirma el autor. "La realidad la construimos entre todos, la vamos enfocando desde distintos ángulos y sale esa cosa poliédrica que es la realidad".
El relato construido por cada uno impide llegar a la reconciliación. Una situación que, casi de manera inevitable, nos lleva a extrapolarla a la actualidad, a nuestra sociedad, a nuestro país.
Un reflejo de nuestra sociedad
"Siempre hemos tenido muchos problemas para convivir, estamos en primero de primaria de convivencia política. Es una cosa que desmoraliza e indigna", asegura el escritor extremeño.
Al igual que en 'Lluvia fina', en España vivimos un momento de polarización, de opiniones cada vez más alejadas y donde el odio se impone a la razón. "Estamos en una especie de sociedad cainita donde los distintos representantes políticos se odian, se ponen a parir, se insultan... No es normal. España no es un país normal, si no no ocurrirían estas cosas".
"Los políticos se odian, se insultan... España no es un país normal"
Y todo en un panorama intoxicado por la posverdad. "Oliver Sacks decía que aquellos que se creen abducidos por los extraterrestres no mienten, creen realmente que eso fue así. O los que creen que Elvis Presley no murió, vaya usted a decirle que ha muerto. Pero esos no mienten. Otra cosa es –continúa Landero– las mentiras calculadas, que es lo que vivimos ahora. Están destruyendo el periodismo. No solo la política es un cenagal".
Ya lo advertía el autor en el arranque de la novela: «Ahora ya sabe con certeza que los relatos no son inocentes». Y no lo son. Ni en la realidad, ni en la ficción. Sin pretenderlo, Luis Landero ha escrito una obra que bien podría ser una metáfora de nuestro país. Una novela que "se ha escrito sola", dice, y que ya está siendo adaptada al teatro y a la televisión.