Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), en el año 2009, poco después del estallido de la crisis, vivían en Londres alrededor de 60.000 españoles, solo diez años después vivían en la capital británica 140.000.

Una buena parte de ellos fueron jóvenes que vieron allí el futuro que creían que no tendrían en España, jóvenes que trabajaron como camareros, lavaplatos o cualquiera de esos trabajos fáciles de encontrar y de dejar que prometían ser una solución no fácil, pero sí rápida, motivados por amigos que ya residían allí y por programas de televisión que vendían vidas idílicas.

Los migrantes millennial

Mercedes Duque Espiau, autora de Animales pequeños, fue una de esas jóvenes que cambió su Sevilla natal por las calles de una ciudad cuyo ritmo de vida fue, más que una ayuda, una apisonadora de sueños.

PREGUNTA. ¿Es Animales pequeños hija de la crisis de 2008 en la que muchos jóvenes buscaron en Londres el futuro que creían que no tendrían en España?

RESPUESTA. Nunca lo había pensado de esa manera. Para mí fue bastante natural mudarme a Londres porque mi hermana ya vivía allí y me fui a vivir con ella, pero sí es verdad que el contexto social y la situación en la que se encuentran las protagonistas debe nacer de aquello.

"La gente de mi generación ha tenido que huir de España para ganar algo de dinero y, en todo caso, volver"

Al final esa era mi situación vital y era la necesidad, yo creo, de nuestra generación. La gente de mi generación ha tenido que huir de aquello... bueno, de esto, de España, para ganar algo de dinero y luego, en todo caso volver, que es lo que yo hice.

En el caso de la protagonista principal, es cierto que está mucho más perdida, forma parte de esta generación que no entendemos muy bien qué está pasando a nuestro alrededor y hacemos todo lo posible para volver a entenderlo o intentar entenderlo.

P. Muchos programas de televisión nos mostraban una situación ideal, ¿pero qué se encontraron allí de verdad los jóvenes?

R. No puedo hablar por todos. Para mí fue muy emocionante, pero un desencanto. Cada vez conozco a más amigos que han vivido en Londres en algún momento y han trabajado de camareros, limpiando platos, de basureros, y de todos estos trabajos que las personas que nacen y son de allí no quieren hacer y que son tan necesarios.

Yo fui allí con la idea de vivir una aventura, tal vez, y en cierto modo la viví. Siendo camarera, por ejemplo, aprendí la desvergüenza, que eso es algo que me ha ayudado bastante en general. Aprendes a ser un poco camaleónica también, a moverte en situaciones que nunca te esperabas que te fueran a suceder.

"En Londres no da tiempo a entender qué está ocurriendo y al final te vuelves. Todos se vuelven"

Pero muchas hemos vuelto con cierto desencanto porque es una ciudad que te fagocita. Es dura, es fría, es húmeda, muy húmeda, es muy cara y es muy rápida. En Londres no da tiempo a entender qué está ocurriendo y al final te vuelves. Todos se vuelven. Nos volvemos con la idea de que todo te ha llevado por delante.

P. No sé si te gustan las etiquetas, pero ¿podría ser tu novela, una novela generacional?

R. No sé si me gustan las etiquetas, no las entiendo muy bien. Supongo que es algo más bien comercial, pero bueno. En cuanto a si es generacional, el otro día lo hablaba con un amigo. Pertenece a una generación que es la mía, pero lo pienso y creo que todas las novelas son generacionales, ¿no? Todas las novelas que de alguna manera retratan a un grupo de edad, a un grupo de personas que tienen algo en común, son generacionales.

"He visto mi libro clasificado como drama, pero no quería que lo fuera, de hecho hay comedia"

También he visto mi libro clasificado como drama y dije, ¡vaya! Yo no quería que esto fuera un drama, de hecho le he querido meter comedia. Al final te van a poner cualquier tipo de etiqueta, y como no puedes luchar contra ello no vas a poder evitar que sea una novela generacional, que sea un drama o que sea una novela de personaje, que también me lo han dicho.

P. ¿Te gustaría que si leyéramos tu novela dentro de 20 años la gente se hiciera una idea de cómo era esta generación?

R. He intentado de forma consciente que no hubiese signos muy claros del momento en el que se encuentran, pero evidentemente yo he crecido ahí y al final una habla de lo que conoce.

La novela ocurre en Londres porque yo he vivido allí, porque la conozco. Si nunca hubiera vivido en Londres no hubiera escrito la novela en aquel lugar. De vez en cuando hay referencias a algunas series de televisión, a algunos grupos de música que son muy 'dosmileros', algunos noventeros, y luego ellas tienen cierta edad, así que puedes hacer cálculos. Sí me gustaría que se reconociera que es esa generación porque también me gusta pertenecer a ella.

Personalmente, cuando leo libros en los que una puede sentir en qué momento histórico, social y cultural están ocurriendo me gusta, porque creo que te ayuda a encontrarte, a ubicarte.

P. ¿Hay, entonces, un poco de costumbrismo millennial?

R. Sí que lo hay, sí, desde luego, y me divierte. O sea, no me gusta la literatura que es muy evidentemente millennial, que tiene mucha carga de referentes, pero sí que aparezcan referencias como House, que es una serie con la que yo he crecido, y que además veía todos los jueves a las diez de la noche, no como ahora que te las puedes comer del tirón.

Como Rita, la protagonista, que se sienta a volver a ver estos capítulos porque son su lugar de confort, igual que lo son para mí, porque le recuerda a esa parte de su vida en la que era todo un poquito más cómodo, distinto a como se encuentra ahora en un Londres desagradable, medio monstruoso.

Me fui a Londres con 18 años, con ansia. Necesitaba irme de Sevilla. He vivido en Roma, en Madrid y he estado escribiendo la novela en Sevilla. Ahora, de repente, siento el impulso de irme a otro lado, a Barcelona, por ejemplo, o volver a Roma, que es una ciudad que sí que me encantó. Volviendo a lo que decíamos, hemos estado un poco obligados a irnos. Yo he pasado estos tres años aquí [en Sevilla], donde tengo a mis amigas y amigos que van encontrando su lugar, pero está muy complicado.

La primera novela de una escritora prometedora

Mercedes Duque Espiau ganó el III Premio Internacional de Cuento Juan Ruíz de Torres 2023 con el libro de relatos Los días breves.Animales pequeños es su primera novela después de haberse licenciado en Antropología y Sociología en Londres y haberse formado como escritora en en el Máster de Escritura Creativa de la Universidad Complutense de Madrid y en los talleres de la librería sevillana Casa Tomada.

PREGUNTA. ¿Por qué has elegido este tema para escribir tu primera novela?

RESPUESTA Es una historia que para mí ha sido necesaria escribirla. Hay ciertas partes de ella que he estado escribiendo, yo creo, desde muy pequeña. Esta sensación de estar un poco perdida es una sensación que me ha acompañado casi desde siempre.

Es cierto que he intentado escribirla un montón de veces, hasta que encontré la voz de la protagonista. Ha tenido millones de inicios que han quedado totalmente descartados porque no sabía cómo escribirla, porque no tenía herramientas, porque en el fondo me estaba equivocando en la historia que yo quería contar. Sale de mi primer desengaño amistoso.

"La sensación de estar un poco perdida me ha acompañado desde casi siempre"

Para mí la amistad es de lo más importante, de lo que más me ha definido, y la primera vez que pierdo o que siento en peligro una amistad, que es de lo que trata esta novela, me desubica completamente. Es uno de mis primeros choques de realidad, más que un desengaño amoroso, que obviamente es una cosa muy dramática, sobre todo cuando eres adolescente. Llevaba mucho tiempo queriendo narrar esta emoción, necesitaba comprenderla.

Una escribe sobre lo que le resulta misterioso, lo que no entiende muy bien, para darle un sentido. Luego es cierto que te pones a escribir sobre aquello que no entiendes y al final resulta un poco contraproducente, o es un trabajo condenado al fracaso, porque de pronto van saliendo más preguntas y acabas un poco desquiciada.

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