El aire de fuera es pesado. El calor –denso, seco, abrasador– es ya el dueño y señor de la ciudad. Las calles, vacías, reverberan los zumbidos del aire acondicionado y esperan deseosas a que llegue la noche para que las volvamos a caminar. Ha llegado el momento, no queda otra: hay que irse.
Durante unos días seremos de fuera, llegaremos con nuestras maletas a un destino cuyos ritmos, sonidos y olores nos son extraños y nos convertiremos en traductores de una cotidianidad ajena. En Ser de fuera, Raquel Delgado nos regala este viaje sin necesidad de coger ningún medio de transporte. Mientras duren las páginas de su libro volveremos a casa por vacaciones.
Billete de ida
Elegir el nombre de un libro no es tarea fácil. Condensar en pocos caracteres el material de una obra entero es, cuánto menos, ambicioso. Ser de fuera es un concepto claro, pero Raquel Delgado lo resignifica en cada cuento. "Empecé a pensar sobre el ser de fuera, ahora es bastante habitual que la gente viva lejos del lugar donde nació, y con esta idea en mente comencé a escribir los relatos", cuenta la autora. "Me interesaba tratar temas muy básicos y elementales que nos atañen a todos: la familia, el amor, la maternidad...".
"Me interesaba tratar temas elementales como la familia, el amor y la maternidad"
A lo largo de los cuentos atravesamos situaciones que nos colocan en el camino de eso que llamamos 'hacerse adulto': el primer trabajo, la primera vivienda... "Al escribir sobre el abandono de la adolescencia y la entrada a la vida adulta quería tratar momentos de transición grandes, que son muy comunes a todos pero que, de manera individual, son trasformadores y nos marcan de por vida".
Mismo personajes, distintos trajes
Uno de los conflictos principales en la vida de cualquier adulto es recolocar a los padres en el relato, sacarles del papel que han ocupado hasta el momento y vestirles con un atuendo nuevo. En Ser de fuera se utiliza la lejanía como herramienta para que esta adaptación tenga lugar.
"Me interesa mucho hablar de lo cotidiano y de familias donde no existen grandísimos conflictos. Las cosas han cambiado muy rápido y esto ha provocado que dos vidas a las que separan un periodo de tiempo muy corto no tengan nada que ver", reflexiona Delgado. "Quería reflejar este cambio social en el libro y escribir escenas donde miembros de una misma familia no se llegan a entender o no se ponen de acuerdo con respecto a lo que significan los elementos cotidianos y básicos de la vida".
En este reparto de nuevos papeles la autora no se ha olvidado de las amistades. De cómo por el camino a la madurez se estiran, se doblan, se parten, se amplían... "Las amistades de la infancia son algo a lo que se pertenece, aunque la vida cambie y te vayas fuera. Sin embargo, crecer también consiste en ver con claridad cómo son ciertas relaciones: se genera una tensión entre lo que hemos sido y lo que somos ahora, y es complicado compaginar ambas realidades".
'Baby on board'
La maternidad también tiene un peso relevante. Pasar de ser hija a ser madre y, por consecuencia, de ser madre a ser abuela, es algo que genera fricciones para todas las protagonistas. "Quería tratar la maternidad no solo desde el lugar de ser madre sino de cómo cambian los roles en una familia cuando un bebé llega a ella, por eso introduje el papel de la abuela", explica la escritora.
"Hay relaciones que están consideradas de segundo nivel, por eso quise hablar de sobrinos y tíos"
Existe además, en estas páginas, un lugar especial y delicado para la relación que se da entre sobrinos y tíos: esa crianza única que permite licencias exclusivas a ambas partes y que no suele ser un tema literario. "Hay relaciones que están consideradas de segundo nivel, por eso quise dedicar un capítulo entero a mostrar los matices de esta relación".
Una cosa queda clara tras leer a Raquel Delgado: podremos emigrar o no del lugar que nos vio crecer, pero no podemos huir de Ser de fuera con nosotros mismos para crecer. Tomarnos unas vacaciones, hacer las maletas, cambiar de destino y observar desde la distancia el material del que estamos hechos.