Andrea Longarela
Editorial: Crossbooks
Año de publicación original: 2024
Un músico archiconocido acaba de morir. Y el mundo entra en shock. Es lo que pasa normalmente cuando una celebridad cuya obra cala en la sociedad fallece. Pero si lo hace con 49 años, el impacto es todavía mayor porque no somos capaces de aceptar que su final haya llegado tan pronto. Y mientras el común de los mortales llora su pérdida, en un pequeño pisito de París, una joven, perdida, observa desde la ventana de su terraza a los gatos que cada día pasean por delante de ella en el balcón de enfrente.
A los oídos de Juliette llega la muerte de un músico archiconocido. Y todo cambia
Se llama Juliette y no vive. Sobrevive. No tiene ni oficio ni beneficio. Ni le gusta su trabajo, ni tiene aficiones, ni mucho menos aspira a tenerlas. Desconoce lo que significa soñar y ya no digamos lo que significa amar. Hace mucho que renunció a ello. Sin apenas dinero y con solo dos amigos que se preocupan (a medias) por ella, llega a sus oídos la muerte del músico archiconocido. Y todo cambia.
Sin meditarlo, Juliette se encontrará sola en un pueblecito de la Alsacia francesa, en una casa vacía que es demasiado para ella y rodeada de otras personas que acabarán siendo capitales para su vida. Todos ellos y unas cartas que no tenían la esperanza de ser nunca leídas transformarán su vida y le harán darse cuenta de la importancia del amor. No de uno en concreto, sino de todas sus acepciones.
La explosión de un género
Es uno de los subgéneros que está más de moda ahora mismo. Pero vamos a la raíz. ¿Qué es exactamente el new adult? Para empezar, hablamos de literatura juvenil para un nicho muy concreto: todos aquellos (aunque aquí sería más correcto referirse a "todas aquellas") lector@s que pasan de los 20 años y no superan los 30.
El 'new adult' es literatura juvenil para todas aquellas lectoras que pasan de los 20 años y no superan los 30
Todas las obras que se encuadran en este género están situadas en la época actual. Están pegadas a la realidad. Son unas historias que se centran casi en exclusiva en la protagonista (casi siempre es una mujer) y sus nuevos problemas derivados de la llegada de la edad adulta.
A saber: búsqueda de identidad, nuevas responsabilidades, sentimiento de frustración al no saber qué hacer con su vida, problemas amorosos de distinta índole, algo de contenido erótico... De ahí lo de new adult (nuevo adulto, podríamos traducir casi de forma literal). En el caso de este género hay una carga dramática inherente que suele ser bastante fuerte aunque como vamos a ver, en el caso de los libros escritos por Andrea Longarela no funciona así.
'New adult' sí, pero cuqui
La escritora natural de Valladolid lleva ya más de 200.000 libros vendidos. Un dato que nos dice muy a las claras que estamos ante un fenómeno a tener en cuenta. La autora de Te espero en el fin del mundo, El faro de los amores dormidos y El color de las cosas invisibles regresa con esta última novela que, como las otras, sí, es new adult pero no hay dramazo de por medio.
Las historias escritas por Andrea Longarela tienen un aire más colorido, más inocente si queréis definirlo así
Sus historias tienen un aire más colorido, más inocente si queréis definirlo así. En la que nos ocupa, tenemos un ramillete de personajes a los que es imposible no querer achuchar y ponerlos a dormir en un cojín mullidito. A ver, que no es un vídeo de gatos de TikTok, tampoco vamos a exagerar. Es cierto que tenemos a una protagonista con una importante crisis de personalidad que va a ver como todo su mundo se tambalea pero no temáis.
Los dramas dignos de la sección de sucesos de un informativo no los encontraréis aquí. A Juliette y las canciones perdidas se viene a sentir calorcito y a darse cuenta que no pasa nada por abrirse al amor y a la amistad. A veces, las cosas salen bien. Que nadie os quite esa ilusión.