Maggie Haberman
Traductor: Àlex Guárdia Berdell
Editorial: Península
Año de publicación original: 2022
En diferentes entrevistas, Donald Trump ha explicado un suceso de su juventud como uno de los momentos claves en su vida política. Cuenta que, en 1964, con 18 años, acompañó a su padre, importante empresario inmobiliario de Nueva York, a la inauguración del puente que une Staten Island con Brooklyn, el Verrazano-Narrows.
Trump: "Aprendí que si la gente te trata como le da la gana y tú no haces nada, te toman el pelo"
Un prodigio de ingeniería diseñado por el ingeniero civil sueco Othmar Amman. El joven Donald vio cómo aquel día, bajo un fuerte aguacero, todos los políticos se colgaban las medallas, incluso aquellos que se habían opuesto a la construcción del puente, mientras el diseñador del mismo esperaba solo, bajo el agua, y sin que nadie le hiciese caso, a que terminaran los largos y aburridos discursos de los políticos municipales.
Trump aprendió ese día una cosa muy valiosa para su vida: "Aprendí que si la gente te trata como le da la gana y tú no haces nada, te toman el pelo", según le contó a The New York Times en una entrevista en 1980. Y sobre todo, aprendió que lo que realmente importaba era quién parecía una estrella, no quién había hecho bien las cosas.
Un ensayo demoledor
Maggie Haberman, corresponsal del The New York Times que lleva siguiendo e informando sobre Donald Trump desde hace una década, ha decidido escribir el libro que, como han reseñado en el portal de noticias Axios, "más teme Trump". Porque no es un repaso de su vida ni de su carrera empresarial y política, sino que ha realizado un retrato psicológico de uno de los personajes clave en la historia moderna.
Leer El camaleón. La invención de Donald Trump es entender que sus motivaciones, sus objetivos, su estrategia para conseguirlos, se deben a toda una vida de manipulación, chantaje, acoso y lucha de poder en los que lo único que importa es él. Porque Trump entendió hace muchos años, cuando empezaba a ser un empresario clave en el Nueva York salvaje de los años 80, que más importante que el poder era la fama.
Nada le ha molestado más que darse cuenta de que, a pesar de ser presidente, tenía que seguir acatando leyes
Y nadie es más famoso que el presidente de los Estados Unidos de América. Ese ha sido su sueño siempre, desde los primeros años de su carrera. Y no le ha importado no entender cómo funciona realmente el Gobierno, ni nada le ha molestado más que darse cuenta de que, a pesar de ser el hombre más poderoso del planeta, tenía que seguir acatando leyes y normas.
Bueno, sí, hay una cosa que le ha molestado todavía más: perder las elecciones que le llevaban a un segundo mandato.
Instinto de supervivencia
A través de más de 250 entrevistas con personas cercanas, colaboradores, amigos e incluso con el mismísimo Donald Trump, Maggie Haberman ha realizado un viaje por la vida de un hombre inimitable. Un empresario sin escrúpulos, más inteligente de lo que dicen sus detractores, que siempre quiso ser una estrella de cine, con un sentido de la lealtad, el honor y la traición muy particulares.
Un tipo que no tiene problema en cambiar de ideas, que hace que sus principios se adecúen siempre a su máximo beneficio posible y que sabe sacar rédito, mejor que nadie, de las crisis que le rodean.
Un tipo que no tiene problema en cambiar de ideas, que hace que sus principios se adecúen siempre a su máximo beneficio
Donald Trump no fue el responsable de la enorme división social que se ha abierto en Estados Unidos en los últimos años. Atentados a escala global, crisis financiera, altercados raciales e incluso dos conflictos armadas en el extranjero con ambiguo final abrieron una gran grieta en la sociedad antes de la aparición política de Trump.
Pero sin duda, él ha sido el personaje que mejor se ha movido en esa división, quien más partido le ha sacado y quien más está haciendo para que no se cierre. No en vano, como asegura la propia Maggie Haberman en El camaleón, Donald Trump es el político estadounidense de toda la historia con mayor y mejor instinto de supervivencia.
Fake News
Porque, si saca algo de beneficio, le da igual mentir, inventarse datos, presionar a periodistas, atacar a personajes o países aleatorios. Lo único que importa es él y su historia. Lo único que merece la pena es su propio relato. Los hechos le han dado igual. Siempre.
Maggie Haberman, acostumbrada en poner en tela de juicio todo lo que cuenta Trump, visitó incluso la hemeroteca de The New York Times para ver si las crónicas de la inauguración de aquel puente, en 1965, hablaban de aquel ingeniero olvidado por las autoridades.
Si saca algo de beneficio, le da igual mentir, inventarse datos, presionar a periodistas, atacar países
Bien, firmada por un tal Gay Talese, la noticia del periódico explicaba cómo se le rindió una profunda ovación, e incluso fue el primero en hablar en aquel acto. Othmar Amman, que además era suizo, no sueco, fue la principal figura de aquel evento. Es más, ni siquiera llovía. Fue un día soleado.
Así es el candidato republicano de las próximas elecciones de noviembre. Así lo ha sido siempre. Todo lo que no sea el propio Donald Trump, a Donald Trump le importa realmente poco.