Xavier Guix
Editorial: Arpa
Año de publicación: 2024
Estamos atravesados por la impronta de nuestras infancias. Una afirmación que bien podría ser la piedra angular de la psicología moderna, la misma que ahonda en los traumas del niño para saber de qué pie cojea el adulto. Y en un país asediado por un problema de salud mental, difícilmente atajable, los libros de autoayuda florecen por doquier.
Sin embargo, El problema de ser demasiado bueno no podría caer en esta última categoría. No se trata de un libro cargado de claves o que prometa hacernos más felices, pero sí enfrentarnos a una realidad: ser demasiado bondadoso con todos, menos con nosotros mismos, tiene consecuencias fatales.
Haz el favor de comportarte
Xavier Guix expone casos reales para poder dibujar un escenario en el que las expectativas de los padres sobre los hijos, el mero concepto de obediencia y nuestra vida adulta, terminan por conformar un escenario agobiante en el que nuestros deseos quedan siempre pospuestos.
'El problema de ser demasiado bueno' nos plantea que ser bueno no significa actuar de forma altruista, sino justa
Desde la cuna, el "pórtate bien" se convierte en un mantra que nos repiten constantemente y que nunca nos llegamos a plantear en todas sus facetas. El presente libro no trata de hacernos mejores personas o ciudadanos, más virtuosos o cercanos a un concepto de bondad o de hacer el bien más exacto, porque no existe. La bondad se mide en torno a mucho más que un dogma, y El problema de ser demasiado bueno nos plantea que ser bueno no significa actuar de forma altruista, sino justa.
Desprendernos del concepto de bondad, al menos en lo que tradicionalmente el término se refiere, es fundamental para poder ser más plenos. ¿La fórmula? No pretender ser perfectos o infalibles, pero sí más sensibles a y dispuestos a conocernos mejor para saber cuándo debemos dejar de ser buenos y cuándo solo estamos frustrados.
Mala bondad
Su autor recorre el concepto de 'mala bondad' para explorar el bien que se ejerce sin mediación de nuestros intereses. El psicólogo defiende que debemos descubrir que, a veces, hacer el bien implica la desobediencia, la misma que nos inculcan como un valor negativo desde pequeños.
La 'mala bondad' es el bien que se ejerce sin mediación de nuestros intereses
Esta 'mala bondad' a su vez se asienta sobre cuatro pilares principales: el principio de obediencia, aquel que creemos que nos convierte en buenas personas por mandato externo; el mandato de portarse bien, aquel que apela a las formas y actitud que desarrollamos desde la infancia alrededor de la autoridad; la angustia de no ser bueno, la carga emocional que nos genera no alcanzar las expectativas de otros y, finalmente, la ira contenida, el efecto destructor que provoca la insatisfacción.
Sobre estas cuatro patas se construye una teoría muy interesante, y que sobre todo, no desatienda nuestro día a día. El trabajo, las exigencias o la crianza de los hijos, todas se entienden desde un punto de vista material. En este caso brilla la experiencia profesional de Guix, que ilustra con casos e historias reales muchos de los pasajes del libro. Un soplo de aire fresco en un género magullado y que adolece de gurús y libros simplones, incapaces de equipararse a las exigencias de la vida actual.